Fuente: https://mpr21.info/berlusconi-cuando-la-mafia-llego-al-poder-en-italia/ mpr21
En los países mediterráneos siempre se cumple el dicho “De mortuis nihil nisi bonum”: de los muertos no se debe hablar mal porque un muerto no puede defenderse. Pero los medios de comunicación, dentro y fuera de España, han tenido otros motivos para no hablar mal de Berlusconi tras su fallecimiento. Era un magnate, una personificación del capital, y no sólo en las grandes cadenas de comunicación de su propiedad, como Mediaset, o sea, Telecinco, Cuatro, FDF, Energy, Divinity, Be Mad…
Un “emprendedor” como él arrastra el aura del “hombre que se ha hecho a sí mismo”, el triunfador, una figura cercana al “trepa”, el arribista que siempre esconde quiénes son los que le han hecho tal y como es.
A principios de los años sesenta Berlusconi no era más que un agente inmobiliario, de donde pasó a la construcción, es decir, al ladrillo, en una época de emigración y urbanismo. Para acoger a los obreros del sur, las ciudades del norte de Italia necesitaban nuevos barrios, edificios, obras y carreteras, que a su vez siempre necesitan buenos contactos políticos en ayuntamientos y ministerios para “mover los papeles”.
Pero antes que nada un “emprendedor” necesita dinero, capital y respaldo económico, que Berlusconi logró de un oscuro fondo financiero con sede en Suiza. Fue la Cosa Nostra la que puso el dinero para que el magnate fundara Fininvest, una de las diez principales empresas privadas de Italia. Las empresas de Berlusconi (Mediolanum, Mediaset, el club de fútbol A.C. Milan, la mayor editorial italiana Mondadori y la red de periódicos) lavaban los enormes beneficios del narcotráfico.
Hace bien poco los tribunales italianos lo admitieron, pero al revés: “Fininvest ha financiado a la mafia” (*). El intermediario entre ambas partes era el senador Marcello Dell’Utri, cofundador de Forza Italia y condenado en 2014 por “un delito de complicidad externa en asociación mafiosa”.
El pacto entre la Cosa Nostra y Berlusconi se firmó en 1974 con ocasión de una reunión en Milán entre el magnate, Dell’Utri, el entonces padrino de la mafia de Palermo, Stefano Bontate, y el mafioso Francesco di Carlo. Según los tribunales italianos, permaneció en vigor hasta 1992, poco antes de llegar a la Presidencia de la República.
A principios de los años ochenta, con la privatización de la televisión, los padrinos de Berlusconi lo llevaron hacia el sector audiovisual. Compró Telemilano, que se convertiría en el embrión de una televisión comercial, dirigida primero por Fininvest y luego por Mediaset.
Los mafiosos y los bancos hicieron a Berlusconi y quien dirigía a ambos (mafiosos y banqueros) era Michele Sindona, es decir, la mafia. Además de sus vínculos con la Cosa Nostra, Sindona tenía vínculos con el banco vaticano, luego llamado IOR (Instituto para las Obras de Religión).
La amalgama política y financiera estaba sellada por La Logia P2 (a la que pertenecía Berlusconi) y su escaparate electoral, la Democracia Cristiana.
Berlusconi era mucho más descarado que sus apologistas y nunca renegó de sus vínculos con notorios miembros de la mafia, entre ellos con Bontate, ni con el gángster Vittorio Mangano, a quien el juez Paolo Borsellino describió como “una de las cabezas de puente de la mafia”.
En la segunda guerra de la mafia, los “corleonesi” derrotaron a los “palermitani” y Salvatore “Toto” Riina se puso al frente de la organización. Pero los recién llegados mantuvieron el acuerdo sellado en 1974 con Berlusconi. El padrino en persona cultivó las relaciones con Fininvest a través de Bettino Craxi, es decir, del partido socialista.
En 1991 Berlusconi y Dell’Utri estaban interesados en comprar la zona antigua de Palermo y fue Riina quien preparó el contrato, dos años antes de ser detenido.
Al año siguiente Berlusconi se convirtió en el Presidente de Italia y la mafia había conseguido su objetivo. Para un gángster no puede haber mayor satisfacción que llegar a lo más alto, a la cúspide de un país.
(*) http://www.lindipendente.online/2021/10/21/la-corte-di-cassazione-conferma-fininvest-ha-finanziato-la-mafia/