Fuente: https://mpr21.info/aviones-de-la-otan-intentan-interceptar-un-globo-frente-a-las-costas-de-rumania/ mpr21
El sistema de vigilancia aérea de la Fuerza Aérea Rumana detectó un pequeño objetivo aéreo el 14 de febrero hacia las 12.30 horas. Sus características eran similares a las de un globo meteorológico, que se desplazaba a unos 11.000 metros de altura en el espacio aéreo nacional, al norte del condado de Constanța, en la costa del Mar Negro. Dos aviones MiG-21 Lancer despegaron de Fetesti (67 km al oeste del objetivo) bajo mando de la OTAN y se dirigieron a la zona donde se había informado del objetivo aéreo. Las tripulaciones de ambos aviones no confirmaron la presencia del objetivo aéreo, ni visualmente ni en los radares de a bordo.
La zona donde volaba el objetivo no identificado corresponde al perímetro del Centro Nacional de Entrenamiento de Defensa Aérea, es decir, el aeródromo de Capu Midia. Los militares del Centro sueltan globos llenos de helio para determinar la situación meteorológica antes de disparar misiles en el campo de tiro. Estos globos son de goma comerciales de 1 m de diámetro, que no pueden soportar la diferencia de presión de los 11.000 m de altitud y estallan. Y cuando estallan, sus restos no pueden ser detectados por los radares de los aviones ni visualmente por los pilotos.
¿Qué conclusiones se pueden sacar de todo esto?
1. El globo se escapó accidentalmente de un edificio sin ninguna acción humana. La probabilidad de que esto ocurra es muy baja.
2. El globo fue lanzado de acuerdo con el procedimiento, pero el Centro de Entrenamiento de Defensa AA no informó a los oficiales de vigilancia aérea de la Fuerza Aérea Rumana. La probabilidad de que esta situación se produzca en el contexto de un conflicto armado en la frontera rumana está casi excluida. Hasta el momento, no se ha producido ningún cambio en el jefe ni en sus adjuntos de la cúpula de la Fuerza Aérea Rumana, que se supone son los responsables del incidente.
3. Toda la operación fue un ejercicio planeado de antemano, con la aprobación de los dirigentes de la OTAN, para poner a prueba la capacidad y la rapidez de respuesta de las Fuerzas Aéreas rumanas. En el pasado se han realizado con frecuencia comprobaciones de la preparación para el combate, pero no se han hecho públicas para no infundir miedo a la población civil.