Argentina. Milei repudiado por millones

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Este miércoles 24 de enero el centro de la capital argentina era un hormiguero de hombres y mujeres que llegaban desde todos los puntos cardinales de la ciudad y las localidades del Gran Buenos Aires. Gentes de los barrios humildes, de esos que están sufriendo una de las crisis económicas más destructivas que recuerda este país, pero también muchos núcleos de clase media, estudiantes, el mundo de la cultura, el deporte, la ciencia, las y los jubilados. Todos los sectores de una sociedad a la que las leyes y decretos de urgencia de un gobierno felpudo del imperialismo estadounidense y de su socio de la entidad sionista denominada “Israel», quieren implementar para pauperizar aún más a un país que viene de sufrir década tras década una ola de gobiernos que se han caracterizado por consolidar los lazos de dependencia a las grandes corporaciones. Pero ninguno, salvo la dictadura militar, se ha atrevido a tanto como el que encabeza Javier Milei.

Argentina. Milei repudiado por millones

Por eso la Plaza del Congreso reventó de multitudes. Medio millón de personas, que durante horas soportaron altas temperaturas pero no se movieron del lugar, ya que deseaban demostrar su rabia y repudio al dichoso DNU (Decreto de necesidad de urgencia) y a la denominada “Ley ómnibus”  con que Milei aspira a consolidar su posición dictatorial, gracias a democracias fallidas como las que abundan en el continente. También, la ola de protestas generó en varias ciudades del país, como Mar del Plata, Paraná, Córdoba, Salta, Mendoza y Comodoro Rivadavia, entre otras, un récord de manifestantes como hace mucho que no se daba en esos lugares.

Más allá de los discursos de la jornada, lo que realmente se convirtió en valor agregado, sobre todo en Buenos Aires, es haber logrado un gran marco de unidad en la acción. Organizaciones sociales y sindicales, el Frente cultural y numerosas asambleas barriales, que como en el 2001, están surgiendo como hongos en toda la ciudad, dejaron en claro que este pueblo está decidido a no dejarse mandonear ni humillar por una casta de dirigentes y parlamentarios que solo piensan en engrosar ganancias personales, y arrasar todas las conquistas populares obtenidas con la lucha.

Milei ha sufrido en esta histórica jornada, un golpe importante. De hecho, que en solo un mes y medio desde que asumiera el mandato, ya el pueblo haya salido a la calle en tres oportunidades  y que además no pase un día sin que se sienta el ruido de los cacerolazos, hablan a las claras que el ultraderechista no tiene todas consigo. Además, el paro nacional fue importante, tanto en lo que hace al sector industrial como a las actividades comerciales, sumado a la inactividad total del transporte público a partir de la media tarde.

Como bien  dijera un referente social, “esto recién empieza”, ya que para frenar a un “grupo de tareas”,  que pudo hacerse con un gobierno debido al caldo de cultivo creado, entre otras razones, por el mal gobierno anterior, se necesita algo más que un día de paro, sino que se impone un plan de lucha integral, que no le permita al oficialismo avanzar con tranquilidad en sus políticas criminales. En este sentido, habrá que ver hasta qué punto se van a involucrar los integrantes de la CGT, que como se sabe son los mismos que no le hicieron ni una huelga a Marcri en cuatro años de gobierno, pero que esta vez, también sus intereses están en peligro por la avanzada gubernamental.  De todos modos, se hace necesario que siga privando la mayor unidad posible, ya que esa es la principal arma que tiene este pueblo para auto-defenderse.

En el mientras tanto, es imprescindible que se vayan  gestando acciones de conjunto, es importante que los movimientos sociales, que son los más golpeados por una inflación imparable, deben prepararse para seguir dando respuestas en las calles, hacer oír sus reclamos, y pelear contra una hambruna que se está instalando en cada barrio, no solo del Gran Buenos Aires, sino en cada una de las ciudades del país.

Esa fuerza demostrada en este mes y medio, en  que no se le dejó pasar una a Milei y sus secuaces, y a la vez, responderle a la ministra de Seguridad que pretende instalar un clima de Estado de Sitio cada vez que se produce una protesta, es lo que se va a necesitar para encarar un año donde se debe concientizar a quienes aún no se convencen que se ha instalado una tiranía institucional, para que ellas y ellos también se sumen a esta incipiente insurrección popular. Se trata, como siempre de la gran batalla entre «liberación o dependencia», o ellos, y sus sostenes internacionales ganan esta partida y aceleran el ataque contra la soberanía nacional, como parte de su  campaña colónizadora, o el pueblo en su conjunto (incluidos muchos de los que votaron a Milei y ahora le han visto las orejas al lobo) trabaja en la instalación de pautas revolucionarias que acaben para siempre con estas prácticas de despojo serial.

Es precisamente en estos momentos, en que algunos quieren acentuar incertidumbres para aumentar la dominación, y otros, en el mejor de los casos, convocan a imaginar a mediano plazo la instalación de un nuevo gobierno “progresista” que actúe como parche para sustituir a la dictadura. Ahora, justamente, es que se hace necesario imaginar una salida revolucionaria, que termine de una vez con la mentira de los políticos burgueses y oportunistas, que deje de lado el espiral de insatisfacciones que genera la puja entre «mal mayor y mal menor», y que hable de justicia social e independencia económica. Una receta audaz, por izquierda, que vuelva a instalar a la Argentina en el ámbito internacional de los que luchan contra el imperialismo, y no como actualmente que existe una subordinación total al mismo.

Cuando queda claro que el capitalismo y las recetas ultra-liberales son el cáncer de nuestros pueblos, es fundamental pensar en clave socialista. Sin miedos ni dejarse atropellar por los sostenedores de fórmulas neo-fascistas. Tener la meta del socialismo ayudará a pelear por alcanzarlo. Vale la pena hacer el intento para salir realmente de esta encrucijada.

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