Argelia: la construcción de un enemigo

Fuente: https://www.briega.org/es/noticias/argelia-construccion-enemigo                                                                                         Communia                                                                                      12.06.22

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Argelia: la construcción de un enemigo

Sánchez descalifica displicentemente cualquier duda sobre el giro de su gobiernos sobre el Sáhara en el Congreso. Argelia respondería cortando las relaciones comerciales.

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Tras meses de una política que sólo puede azuzar los conflictos imperialistas en el Magreb, el gobierno español parece empeñado en convertir a Argelia en «la Rusia del Sur» y emprende la construcción de un enemigo en la prensa… y frente a la OTAN.

Tabla de contenidos

Las consecuencias para Argelia del giro sanchista

La peligrosa soledad argelina

Sánchez ahonda la ruptura

La construcción de un enemigo

¿Y ahora?

¿Quién es el enemigo de quién?

Las consecuencias para Argelia del giro sanchista

Frontera entre Argelia y Marruecos.

El cambio de posicionamiento del gobierno español sobre el Sáhara en marzo de éste año fue un golpe directo al equilibrio interimperialista en el Magreb. Llegaba al final de una fase abierta en noviembre de 2020 en la que Marruecos, tras haber reconocido EEUU su dominio del Sáhara a cambio de su apoyo a los «Pactos de Abraham» con Israel y Emiratos, se rearmaba y llevaba al máximo la tensión bélica con su eterno rival imperialista, Argelia.

Este movimiento vino precedido de progresivos recortes de importaciones de gas argelino. Antes del estallido de la guerra en Ucrania, por primera vez las importaciones de Rusia y EEUU sumadas superaban a las originadas en Argelia. España no sólo azuzaba las tensiones que preparan una guerra en el Magreb, sino que se colocaba en primera línea para sufrir los costes de la guerra de Ucrania.

Para rematar el gobierno español pretendió utilizar el gasoducto del Magreb para vender gas a Marruecos. Aclaró que no se trataba gas argelino sino de GNL de origen internacional comprado por el Majzen, traído en barco y regasificado en España. Pero los números no salían, al menos en Argel, que amenazó por primera vez a Madrid con una demanda por incumplimiento contractual y el cierre del flujo de gas.

Y si los riesgos parecían pocos, el gobierno Sánchez, que organizará este mes la cumbre de la OTAN en Madrid, se convirtió en el principal animador de la nueva política africana de la organización militar atlántica. Política que coloca a los ejércitos europeos en una situación de asociación y dependencia de Rabat, al tiempo que los sitúa alrededor de las fronteras argelinas.

 

El nuevo mapa resultante no sólo reduce al mínimo la «profundidad estratégica» argelina, fundamental para una eventual defensa ante un ataque desde Marruecos, pone en peligro las aspiraciones de Sonatrach de conducir el gas nigeriano hacia Europa. El nuevo juego de alianzas coloca a Marruecos como la alternativa más factible para los europeos y estadounidenses que, lógicamente invertirán con más facilidad en un gasoducto si sus propias tropas están implicadas en su seguridad.

La peligrosa soledad argelina

El ejército argelino toma posiciones en las montañas de Ain Defla contra una guerrilla islamista financiada por Marruecos. Este apoyo forma parte de la permanente guerra subterránea entre Marruecos y Argelia.

Históricamente, en los momentos de crisis, Argelia ha recurrido a dos aliados: Rusia, su principal suministrador de armamento, y Egipto, un cliente regular de sus hidrocarburos con quien comparte una lucha común: evitar la consolidación, especialmente en Túnez y Libia, de los Hermanos Musulmanes, apoyados por Qatar y Turquía.

Recurrir a Rusia ahora sólo podría acabar de poner a Argel en el punto de mira de la OTAN… que es lo que Marruecos intenta forzar. Este mismo fin de semana, los «moscas», el grupo de desinformación en redes de la inteligencia marroquí organizaba toda una campaña de fake news alrededor de unas maniobras menores en Tinduf cuyo objetivo no era otro que presentar una Argelia apunto de invadir el Sáhara Occidental en vísperas de la cumbre OTAN de Madrid.

Egipto, que se ha negado explícitamente a reconocer el dominio marroquí sobre el Sáhara, sin embargo, tiene su propia crisis en Etiopía, en cuya guerra civil ha sido decisivo. Su principal objetivo es enfrentar el peligro existencial que para su agricultura supone el llenado de la Presa del Renacimiento etíope. Para ello intenta crear un frente diplomático tanto con los países africanos como con Europa.

Marruecos, que tiene una influencia directa sobre la posición de media docena de países africanos y que se ve ahora como interlocutor privilegiado de Francia, España y la OTAN, ha prometido su apoyo a El Cairo. Es algo más que un gesto. Significa, de hecho, que el apoyo de Egipto a Argelia en una situación de crisis, no podrá ir de momento muy lejos.

Y cuando parecía que el escenario no podría ser peor para Argel… Sánchez entrega los contratos de gas a Qatar y abre la puerta a sus inversiones.

Pero Qatar nunca realiza inversiones de estado donde no puede apuntalar a los Hermanos Musulmanes para que tomen la dirección de la comunidad musulmana local. De hecho, la experiencia francesa ha acabado en una verdadera batalla del estado francés por recuperar los barrios frente al «separatismo» de esta organización, batalla que ha ido pareja a un enfrentamiento imperialista abierto con Turquía y soterrado con Qatar.

Para la burguesía argelina, que libró una brutal guerra durante diez años contra la rama local de «los hermanos», la alianza España-Qatar significa algo más que perder un cliente a manos de un viejo enemigo. Significa temer, con razón, que los migrantes argelinos en España acaben convirtiéndose en militantes islamistas bien financiados, adoctrinados y con ganas de volver a casa.

Para rematar, el autogolpe presidencial en Túnez, apoyado por Argel precisamente por estar orientado a frenar la influencia de los Hermanos Musulmanes empieza a tomar un giro peligroso para sus padrinos. El Presidente Saied intenta imponer una Constitución presidencialista y sin contrapesos que obligaría a los enemigos de los Hermanos a poner todas sus apuestas en él y sólo en él. Los poderosos sindicatos tunecinos se oponen y tras ellos lo que queda de la vieja burguesía de estado. Argel, que sabe que Saied no es Sissi, es decir, que no tiene debajo una clase social entera empujándole, empieza a inquietarse y ha mandado ya una advertencia seria a Túnez.

Resumiendo, Argelia nunca estuvo tan sola.

Sánchez ahonda la ruptura

Sánchez en Marruecos

Mientras tanto, el martes pasado el Parlamento español reprobó el giro marroquí de Sánchez sobre el Sáhara con el inusual voto al alimón de PP, Podemos y nacionalistas. Al día siguiente Sánchez compareció, con dos meses de retraso, para «explicar» el giro geoestratégico español (=giro en su estrategia imperialista para el Magreb). Pero en vez de explicar nada, despachó con sobradez el tema como si fuera una marcianada de la oposición.

La fecha no estaba elegida al azar. Se trataba de escenificar un «carpetazo» para poder presentarse hoy en Rabat «con todo resuelto».

La respuesta argelina llegó en cuestión de horas. Primero vino la suspensión del tratado de cooperación y amistad firmado en 2002.

La reacción inmediata de la propaganda sanchista fue afirmar que se trataba de un acuerdo meramente simbólico. No es cierto. Significa dar por cerrada oficialmente una larga etapa de paz entre los dos países.

Antes de los famosos viajes de Alfonso Guerra, Argel había financiado, entrenado y equipado los principales grupos terroristas que en los 70 atentaban en España (MPAIAC, Frente Polisario y ETA) y mantenido abierta en la Organización de Estados Africanos la cuestión de la «descolonización» de Canarias. Dicho de otro modo, al suspender el tratado Argel comunica que no se siente ya constreñido a la hora de utilizar cualquier medio para defender sus intereses imperialistas frente a la estrategia española.

Además, la suspensión del tratado no quedó en lo declarativo. El Banco de Argelia ordenó a los bancos presentes en el país congelar las domiciliaciones y las operaciones de comercio exterior de productos y servicios de y hacia España a partir de hoy. Es decir, el gobierno argelino cerró todo el comercio bilateral a excepción del gas.

La construcción de un enemigo

Uno de los botes con migrantes argelinos detenidos por salvamento marítimo camino de las Baleares.

Faltaron minutos para que El País, descubriera que el verdadero «peligro migratorio» para España estaba en Argelia y no en Marruecos y para que las agencias dieran como noticia la invasión de 100 argelinos en botes.

No sólo es uno de esos ejercicios orwellianos a los que acostumbra la dirección sanchista de El País. Buscan «crear el relato» para una nueva barbarie: el gobierno español pretende ahora que la OTAN considere el no reprimir las migraciones como un acto de «guerra híbrida». La mera afirmación es ya una contradicción en los términos: si es híbrida es porque debería conjugar las técnicas tipo «Marcha Verde» con… acciones militares. Pero el oxímoron es una marca de la casa OTAN.

Pero recapitulemos. El mensaje es brutal: España pretende reservarse el derecho de considerarse agredido militarmente, invocar la ayuda de la OTAN y pedir ayuda armada contra cualquier país vecino de forma prácticamente arbitraria. Seis botes de remos ya le valdrían.

¿Y ahora?

Abdulmadjid Tebboune presidente de Argelia

El voto de reprobación del giro de Sánchez anteayer en el Congreso es la primera muestra de que el peligroso giro sanchista sobre el Magreb podría no contar con el apoyo de la burguesía española en bloque. Lo que hace aún más extraño que Sánchez haya sacrificado a la directora del CNI con tal de cubrir las escuchas sufridas por su propio gobierno desde Marruecos.

La prensa española habla ya esta mañana de la posibilidad de que la Comisión, a iniciativa del comisario español Borrell, establezca sanciones comerciales a Argelia. De hecho el gobierno sanchista tras prometer una «respuesta serena y firme» ha desplazado al ministro de exteriores a Bruselas para acordar con la Comisión una posible trayectoria de sanciones.

Llevar al límite al régimen de Argel, acogotar sus intereses imperialistas y amenazarle abiertamente, parecería a todas luces irracional cuando, reducida la importación de gas ruso a mínimos, un simple accidente en una central de gas en EEUU pone ya en peligro de desabastecimiento a Europa entera.

Pero el gobierno español se comporta como si, en vez de servir sus propios intereses, los del capital español, quisiera jugar el papel de avanzada de EEUU, aumentar los costes energéticos hasta hacer inviables las exportaciones alemanas y revolver definitivamente los equilibrios imperialistas en el Magreb aun a costa de una guerra en su frontera sur. No es de extrañar que una parte de la clase dirigente española empiece a retrartarlo como un «manchurian candidate».

La prensa del régimen de Argel, se apoya en esta percepción y, filtrando las declaraciones off the record de sus dirigentes, llama al «rey Felipe, el Parlamento y la oposición» a «echar por la puerta al temerario socialista antes de que el país se sumerja en la oscuridad». No es un farol. Argelia ya ha cubierto las ventas que realizaba a España en Italia, Túnez y Mauritania, y bien puede cortar el gas.

Una ruptura del contrato de gas por parte de Argelia y el cierre del gasoducto de Medgaz se produciría en un contexto delicado para los países europeos que han optado por seguir el camino trazado por Washington en el conflicto entre Rusia y Ucrania.

El Gobierno español no parece tomarse muy en serio la advertencia del director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) que, en una reciente entrevista con el importante semanario alemán Der Spiegel , advertía de que Europa Occidental y Estados Unidos corrían el riesgo de quedarse sin combustible ni electricidad este verano. ¿Cómo pretende suplir este déficit energético Pedro Sánchez, él que pretendía revender gas argelino a escondidas a sus chantajistas marroquíes?

¿Quién es el enemigo de quién?

Huelga de docentes en Marruecos.

 

Huelga salvaje de profesores en Argel.

El gobierno español está procediendo, paso a paso, a la creación de un enemigo. Argelia ha pasado de ser el gran negocio latente del capital español a un «peligro migratorio» -y por tanto, según la nueva doctrina, militar- al que presionar con sanciones europeas y al que rodear de tropas OTAN mientras su vecino, Marruecos, no cesa de organizarle ataques armados por fuerza interpuesta de distinto signo y presionar a todos los niveles. España y Marruecos parecen haberse aliado para repetir el guión que ya vimos en Ucrania.

Puede que Sánchez y sus asesores mediáticos sean tan sólo un grupo de aventureros o puede que reflejen una apuesta de mayor calado de una parte de la burguesía española que esté intentando aprovechar la guerra ucraniana para ganar puntos frente a Washington a toda costa. Da igual. Tanto la construcción del «enemigo argelino» por el sanchismo como los llamados a defender al Polisario en nombre del «pueblo saharaui», conducen al mismo lugar para los trabajadores.

Entre Marruecos y Argelia hay unos 20 millones de familias de clase trabajadora, aproximadamente el doble que en España. Treinta millones de familias que sólo pueden perder si se dejan arrastrar por la propaganda de sus gobiernos… o la de sus rivales. 30 millones de familias que ven aún más amenazadas sus condiciones básicas de vida por las consecuencias de la escalada imperialista y a las que se les presenta el horizonte, cada vez más cercano, de una nueva matanza bélica.

El enemigo de todas esas familias trabajadoras no está al otro lado de ninguna frontera, sino en su propio país, en sus propios gobiernos y empresas, «construyendo enemigos» en los medios a la medida de los intereses de los grupos de capital y su ansia de mercados y oportunidades de rentabilidad.

Están jugando a llevar la frontera sur de Europa a una situación similar a la de la frontera Este. Así que el ejemplo de Rusia y Ucrania debería bastarnos para entender el papel que nos reservan los cantos patrióticos y las protestas de inocencia de nuestros gobiernos. Cada día es más urgente encararlos, enfrentarlos y pararles los píes. En cada país y sin temer ser el primero.

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