Fuente: La Jornada/Juan Pablo Duch 11.01.2020
Con este Mensaje comienza toda una campaña para levantar el deteriorado índice de popularidad del partido oficialista, Rusia Unida, de cara a las elecciones para renovar la composición de la Duma en 2021, pero para el futuro del país Putin, a fines del año recién concluido, lanzó otro mensaje, acaso más relevante: acepta que se hagan enmiendas a la Constitución, en particular que se suprima la palabra consecutivos
del enunciado que establece que no se puede ser presidente más de dos periodos
seguidos.
Si se fija sólo en dos el número de mandatos posible, Putin ya no podría repetir el estratagema que le permitió, en 2008, concertar un enroque
con su fiel subordinado y actual primer ministro, Dimitri Medvediev, para mantener en sus manos las riendas del poder y, sin violar la Constitución, retornar triunfal al Kremlin.
Al mismo tiempo, eso no significa que Putin haya decidido ya retirarse de la política en 2024, al término de su segundo mandato consecutivo
, en realidad cuarto, tras intercambiar cargos con Medvediev.
Aún faltan cuatro años y hay tiempo para resolver de qué manera modificar la Constitución. Tres opciones parecen ahora las más obvias: la primera, dar por fenecido el actual presidencialismo y dotar a Rusia de un sistema parlamentario, donde la mayoría de los diputados nombre las veces que quiera al jefe del Ejecutivo, llámese primer ministro o como se prefiera. La segunda sería crear un nuevo cargo a la medida de Putin como, por llamarlo de alguna manera, presidente del Consejo de Estado con facultades ampliadas y, una tercera posibilidad, presidente del Estado unificado de Rusia y Bielorrusia.
Que hay Putin para rato después de 2024 es el verdadero mensaje que quiso mandar el presidente de Rusia, a reserva de que sus operadores políticos diseñen la fórmula que le permita perpetuarse en el poder.