La aprobación del presidente Donald Trump cayó esta semana al 38%, el punto más bajo desde su retorno al poder en enero de 2025, según una nueva encuesta de Reuters/Ipsos que confirma el desgaste más severo que ha enfrentado en su segundo mandato.

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La caída se explica principalmente por el descontento con el alto costo de vida —que golpea transversalmente a los votantes— y por la manera en que la Casa Blanca ha gestionado la presión para liberar los archivos del caso Jeffrey Epstein, un tema que generó una grieta interna sin precedentes dentro del Partido Republicano.

La encuesta, realizada entre 1.017 adultos y con un margen de error del 3%, refleja un retroceso de dos puntos respecto al sondeo de principios de noviembre. Desde enero, la aprobación de Trump acumuló una caída de nueve puntos.

 

 

 

Costo de vida: el talón de Aquiles del trumpismo económico

 

El desgaste más visible está en la economía. Solo 26% de los estadounidenses aprueba la gestión de Trump respecto al costo de vida, una caída desde el 29% registrado hace apenas dos semanas.

Pese a los esfuerzos de la Casa Blanca por presentar su agenda arancelaria como un “rescate de la industria nacional”, la percepción pública es otra:

• 65% de los consultados desaprueban su manejo del costo de vida.

 

• Uno de cada tres republicanos reconoce que los precios “no bajan”.

 

• La inflación anual se mantiene en torno al 3%, en un contexto de enfriamiento del mercado laboral.

Incluso aliados del trumpismo reconocen el daño político. “Es simple: la gente va al supermercado y se enfurece. No importa qué diga la Casa Blanca”, explicó el estratega republicano Doug Heye.

Ante este clima, Trump anunció la reducción selectiva de aranceles en productos básicos como café, carne y banano, un gesto interpretado como el primer retroceso económico significativo de su segundo mandato.

Caso Epstein: la grieta dentro del propio Partido Republicano

El segundo golpe llegó desde un frente inesperado: su propio partido. La Cámara de Representantes —controlada por el Partido Republicano— aprobó este martes un proyecto para obligar al Departamento de Justicia a liberar los archivos completos del caso Epstein.

Trump se opuso durante meses, presionó a congresistas leales, y terminó enfrentándose a figuras emblemáticas del movimiento MAGA, entre ellas:

• Marjorie Taylor Greene, ahora convertida en crítica abierta.

 

• Lauren Boebert, convocada al Salón de Situación para retirar su firma de apoyo (se negó).

 

• Thomas Massie, quien lideró la revuelta interna y forzó el voto.

Ante la inevitabilidad del quiebre, Trump revirtió su postura el domingo, alegando que “no tiene nada que ocultar”, pero la encuesta revela el daño ya hecho:

• Solo 20% aprueba su manejo del caso Epstein.

 

• 70% cree que el Gobierno oculta información sobre los clientes de Epstein.

 

• Entre los republicanos, 60% también piensa que el Gobierno esconde datos sensibles.

La combinación de rechazo transversal y crisis en el Partido Republicano (también conocido como Grand Old Party o GOP) representa la mayor prueba de poder interno para el Presidente desde su regreso a la Casa Blanca.

Desgaste político rumbo a las elecciones de medio término

 

El desplome en los números llega en la antesala de las elecciones legislativas del próximo año, un contexto en el que un Presidente con 38% de aprobación puede convertirse en un lastre para su propio partido.

Aunque los estadounidenses señalan que los republicanos siguen ofreciendo una “mejor visión económica” que los demócratas, la erosión en la figura presidencial podría:

• debilitar candidaturas republicanas en distritos competitivos;

 

• aumentar la presión en el Senado para sumarse a la liberación de los archivos Epstein;

 

• profundizar la fractura entre el trumpismo duro y los sectores conservadores tradicionales.

El estratega independiente Mike Ongstad lo resumió así: “Este es el mayor test del poder de Trump dentro del GOP. Su influencia ya no es absoluta”.

 

 

Con un partido dividido, con precios que no ceden y con un escándalo de alto voltaje político que ahora alcanzó Times Square —donde un grupo de víctimas financió un enorme cartel con declaraciones de Epstein sobre Trump—, el Presidente enfrenta su mayor momento de debilidad desde enero.

La pregunta abierta es si su aprobación podrá recuperarse antes del inicio de la campaña para las legislativas, o si este será el punto de inflexión que marque el declive de su control sobre el Partido Republicano.