Pero cada pelotazo en la cara duele. Los nombramientos que está haciendo Donald Trump apuntan a que cumplirá con sus ultraderechistas promesas, incluyendo expulsar a millones de indocumentados y combatir al enemigo interno
, que son quienes se le opongan.
El pasmo es doble. ¿Por qué no ganó Kamala Harris? Hay una plétora de análisis, incluso en este diario, y una combinación de factores; el apoyo de la administración Biden-Harris a la genocida guerra de Israel contra Gaza, que ha costado al pueblo estadunidense miles de millones de dólares, mientras la inflación rampante impacta los bolsillos de la gente; el continuo desentendimiento del Partido Demócrata de las clases trabajadoras y su alineamiento con el aparato industrial militar y con Wall Street (ver Saxe Fernández, La Jornada, 14/11/24); hasta el error de Harris de aparecer en campaña con Liz Cheney y su papá el halcón militar y torturador Dick Cheney del partido Republicano, corresponsable de la guerra contra Irak.
Lo más probable es que sea una combinación de esos y otros factores, pero dolorosamente también persiste un elemento de misoginia. Mi colega John Feffer, director de la revista Foreign Policy in Focus, del IPS, fue a Pensilvania a tocar puertas para convencer a la gente de votar por la democracia. Dice que tuvo respuestas inauditas; “hablé con jóvenes enojados que decían que iban a votar por Trump. Hablaban de él como si fuera Tony Montana, el gánster interpretado por Al Pacino en la película Scarface: violento, sin ley y poderoso […] y que se enfrentaría a los enemigos extranjeros de Estados Unidos y sería duro con la delincuencia en el país. Varios me dijeron […] que una mujer presidenta sería demasiado débil para lograr eso”. Asimismo, recibió respuestas con nociones absurdas, lanzadas por Trump y Fox News, de que Harris es marxista
y comunista
. Concuerdo con Feffer de que el nivel de comprensión política de la población es escandalosamente bajo
(https://acortar.link/V44AWG).
Aceptando la realidad, hay que evitar la desolación. Como dice Tope Folarin, director del IPS, “todos en nuestro instituto tenemos amigos, colegas, seres queridos y miembros de nuestra comunidad que estarán en riesgo en los próximos años. Sabemos que el fascismo se alimenta de la desesperación. Así que sólo hay un camino a seguir: ‘fight like hell’ (luchar a todo lo que da), como nos instó la legendaria activista sindical Mother Jones”. Explica Folarin que en EU y todo el mundo, los votantes se sienten abandonados por sus políticos. Han sufrido una pandemia, desastres climáticos e intentan llegar al fin del mes en una economía desigual, mientras las empresas nos estafan y los directores ejecutivos se llevan las ganancias. La extrema derecha ha utilizado ese dolor como arma para poner a la gente contra sí, y no en contra de los verdaderos villanos
. En efecto, el IPS, que es la institución de investigación progresista más antigua del país, ha vivido muchas tormentas políticas en sus 61 años y, a decir de Folarin, a menudo es ahí donde los movimientos encuentran las soluciones más urgentes, audaces y creativas a las crisis de nuestro tiempo
. Durante la primera administración de Trump, IPS participó con cientos de organizaciones articulando movimientos por la justicia racial y de género, los derechos de los inmigrantes y la justicia económica, que lograron poner frenos al caos trumpista. IPS cuenta con aliados en el caucus progresista del Congreso, en 17 gobiernos estatales (donde reside la mayoría de estadunidenses) y en comunidades de todo el país. “Y con aliados como la Campaña de los Pobres (https://acortar.link/V44AWG)”, dice Folarin, trabajaremos para aprobar políticas transformadoras, que graven a los ricos, hagan más asequible la vivienda, protejan nuestro planeta y más” (https://acortar.link/8Lgit9).
En cuanto a gravar a multimillonarios, Sarah Anderson, directora del Programa de Economía Global del IPS, escribió el artículo En medio de la oscuridad, algunos puntos brillantes en la lucha contra la desigualdad
. Allí describe cómo el estado de Washington rechazó la derogación del impuesto sobre las plusvalías y sobre las nóminas que financian seguros de cuidado de adultos mayores, y cómo votantes de Illinois apoyaron aumentar impuestos a millonarios. Destaca cómo se han aprobado reformas favorables a los trabajadores en estados republicanos, como Nebraska, Missouri y Alaska, incluyendo garantizar el retiro del trabajo pagado (https://tinyurl.com/4au2euvm).
Las terroríficas amenazas de Trump a millones de seres humanos, en contraste con la lucha eterna por los derechos humanos, me lleva a concluir con un fragmento de Albert Camus: “Volvía a descubrir en Tipasa que había que guardar intactas dentro de uno mismo una frescura, una fuente de alegría; amar el día que escapa a la injusticia y volver al combate con esa luz conquistada […]. Yo había sabido siempre que las ruinas de Tipasa eran más jóvenes que nuestras obras en construcción o nuestros escombros. El mundo empezaba allí cada día con una luz siempre nueva. ¡Oh, luz!, ése es el grito de todos los personajes enfrentados, en el drama antiguo, a su destino. Ese último recurso era también el nuestro y ahora yo lo sabía. En mitad del invierno aprendía por fin que había en mí un verano invencible” (https://tinyurl.com/4ytxf566). En adelante me preocuparé de lo que pasará con Trump, pero leeré más a Camus y a humanistas que ayuden a aliviar el alma.
*Institute for Poilicy Studies www.ips-dc.org