Fuente: Umoya num.89 – 4º trimestre 2018                                             Paquita Reche mnsda, Comité de Logroño.

Angèle Diabang es una de las pocas mujeres realizadoras y productoras de cine africanas. ¿Ser mujer, senegalesa y cineasta es una dificultad? Es cierto que esta situación puede ser un obstáculo y
muchas veces lo es. Pero ella lo ve más bien como un valor añadido:
“El hecho de ser mujer me permite cierta mirada y me da acceso a
realidades donde los hombres no pueden entrar”. Angèle debutó en
el cine en 2005 con un documental sobre la costumbre de mujeres
de África Occidental de tatuarse las encías. El documental ha sido
presentado en más de cincuenta festivales. Desde 2006, Diabang ha
producido y realizado más de doce películas.

Angèle Diabang nació en 1979 en Dakar. Desde muy joven soñó con hacer cine. Tuvo la suerte de poder formarse en su país en el Média  Center de Dakar, y en prestigiosos centros europeos, como el FEMIS
de París, la Filmakademie en Alemania y el programa de formación de producción Eurodoc. Después de su formación, Diabang trabajó varios años en Canadá y Francia. A pesar de las facilidades y ventajas que encontró para poder desarrollar sus proyectos en estos países,
decidió volver a Senegal, su país de origen. Piensa que allí encontrará las historias que quiere contar y la inspiración para
hacerlo. Por medio del cine, Diabang quiere explorar y presentar las realidades de África de un modo nuevo y sin complejos. Lo quiere hacer desde África, porque aunque haya menos medios para hacerlo, hay más posibilidades de hacer cosas.
En la entrevista que le hizo Marta Moreiras, publicada en Planeta Futuro el 10 de junio de 2016, la cineasta senegalesa dice que el cine es un medio que le permite investigar los temas que le preocupan y ejercitar su libertad de expresión
Para Angèle Diabang es muy importante la descolonización de los espíritus “Tenemos que descolonizar nuestros espíritus; a partir de esa descolonización el desarrollo llegará más fácilmente, al cine y a todos los ámbitos”.
En 2006 creó la sociedad de producción Karoninka. Su web es una excelente fuente de información sobre la cineasta y su obra. Diabang ha realizado más de 12 películas en Senegal, Togo, Malí, Cabo Verde  y R.D del Congo. En 2007 produce “Senegalesas e Islam”, un año más tarde con “Yandé Codou, la trovadora de Sengor,” nos muestra la fuerza y la belleza del canto polifónico serere.
En 2014, realiza “Congo, un médico para salvar a las mujeres”.
La lectura de un artículo del periódico Le Monde, sobre la tragedia que viven muchas mujeres violadas en el Congo y la lucha del doctor Mukwege para ayudarles en el Hospital de Panzi en Bukavu por donde habían pasado más de 40.000mujeres, la impacta fuertemente. Decide dar visibilidad a este drama y a la acción de este médico. “La película recoge los testimonios de mujeres cuyos
cuerpos fueron utilizados como “campos de batalla” con el fin de
aterrorizar a la población y destruir el tejido social en el país…
No me centro en la desgracia, pongo el foco en la fuerza, el coraje y la dignidad que tienen las mujeres. También quiero mostrar el trabajo del doctor y de su equipo”. El documental se ha proyectado en Canadá, Francia, Italia, Madagascar, España. Senegal y República Democrática del Congo. En el último Festival de Cine Africano, FESPACO 2017, Angèle Diabang, se alegraba de la llegada de nuevos creadores africanos al cinematógrafo. Piensa que ya es hora que los
africanos cuenten sus propias historias. “Ofrecemos un punto de vista más particular, porque siempre escuchamos el mismo tipo de historia y desde la visión de alguien que viene a contarnos como somos. Pero ya es suficiente, ahora es el león el que puede contar lo suyo, y no el cazador”, dice, empleando una conocida metáfora. Angèle también se alegra de las nuevas posibilidades de formación para cineastas que hay actualmente en Senegal: “Cuando yo empecé
no había casi escuelas de cine, ni buenos productores, ni apenas libros en la biblioteca, lo tenías que buscar todo por ti misma”
En la actualidad, Angèle está trabajando en la producción de su nueva película, se trata de la adaptación de la novela Mi carta más larga, de Mariama Bâ, una pieza clave de la literatura africana
contemporánea.
Trata una de las tradiciones más arraigadas en África, la poligamia.
“No pretendo hacer un juicio sobre la poligamia, pero el debate todavía es relevante y es necesario abrirlo de nuevo”.
En más de una ocasión se ha dicho que el cine de Angèle Diabang no solo aporta una nueva mirada sobre la realidad africana, también sacude conciencias y abre al diálogo.