Fuente: http://www.sinpermiso.info/textos/andreu-nin-en-moscu-1921-1930-entrevista Pelai Pagès 15/12/2019
-Amigo, ¿por qué te aproximas a la correspondencia de Andreu Nin desde Moscú?; ¿qué te atrajo?… la verdad es que la correspondencia de este pensador y traductor, activista político… dio para mucho… tanto que se pueden hacer, seguramente, varias analíticas desde “esas correspondencias”, ¿qué nos puedes explicar?
-Descubrí la existencia de la correspondencia entre Andreu Nin y Joaquín Maurín por casualidad. Se conservaba en el Archivo Joaquín Maurín, depositado en la Institución Hoover (Universidad de Stanford) en los Estados Unidos. Y la publiqué en la revista “L’Avenç” nada menos que en 1982.
Posteriormente ha ido apareciendo más correspondencia: con Trotski, con otros militantes comunistas españoles como Hilario Arlandis y Juan Andrade, con escritores catalanes como Eugeni d’Ors, Prudenci Bertrana o Joan Puig i Ferreter. Toda ella cubría los años en que Nin residió en la URSS, entre 1921 y 1930 y, efectivamente, refleja de manera muy clara sus preocupaciones durante estos años, tanto en lo que se refiere a la política que se vivía en España durante la Dictadura de Primo de Rivera, como la evolución de la URSS cuando Stalin asume el poder, como en lo que respecta a temas más personales o culturales, sobre todo su interés por la cultura catalana.
-Pelai, ¿has llegado a conocer mejor a Andreu Nin desde su correspondencia?
-Evidentemente, puesto que la correspondencia –las cartas personales siempre se escriben para que no sean publicadas- refleja aspectos más íntimos de la persona que la escribe. Incluso a menudo se hablan de temas que ningún caso serían objeto de artículos o escritos públicos. Y ello, evidentemente, contribuye a conocer mejor a la persona que las escribió y, en este caso, a Andreu Nin.
-¿Es el mejor reflejo de lo que vio, vivió, sintió y reflexionó desde sus estancias en el Moscú ya, digamos, bajo el “establishment” post revolucionario?
-De hecho de la etapa postrevolucionaria sólo encontramos una carta, muy extensa, que escribió a Maurín, y que es extraordinariamente crítica con la Rusia de Stalin y algunas de las cartas que se escribió con Trotski, que también pertenecen a este período que va de 1928 a 1930, cuando Nin había estado apartado ya de toda responsabilidad política.
-¿Cómo definirías al Andreu Nin de antes de marchar a la URSS del que se topa con el Moscú y la URSS que va surgiendo de la Revolución del 17?
Antes de marchar a la URSS Nin ya era un revolucionario, ya creía en la necesidad de transformar radicalmente la sociedad capitalista: había militado en el Partido Socialista y en la CNT. Lo único que cambió fue la ideología: pasó de ser un militante sindicalista a un marxista revolucionario.
-¿Decepción sería un buen calificativo?
Cuando Nin abandonó la URSS seguía convencido de la necesidad de que se produciría un cambio, de que el stalinismo no podía perdurar y aunque -como dijo en una entrevista que le hicieron- tenía claro que no volvería a vivir en Rusia, en cambio sí pensaba volver. Y mantenía un muy buen recuerdo para los rusos. Yo no diría que se sintiese decepcionado por la URSS.
–Trabajó en esos años de estancia en Moscú para el Komintern, sobre todo especialmente desde la Internacional Sindical Roja (Profintern), ¿nos puedes explicar qué tareas realizaba?
-Fue el secretario general adjunto de la Internacional Sindical Roja, la mano derecha de Losovski, y desde este cargo coordinaba los distintos sindicatos europeos que se adhirieron a la Internacional. Y realizó numerosos viajes a Berlín, a Roma, a Amsterdam, a París.
-¿Cómo participó en la política rusa mientras en España proliferaba la Dictadura de Primo de Rivera?
-Se implicó -como no podía ser de otra manera- en la política rusa, militando en el Partido Comunista de la Unión Soviética, más tarde en la Oposición de Izquierdas que lideró Trotski, pero nunca jamás pasó por alto la evolución política que se estaba viviendo en el Estado español, la cual cosa se manifiesta de manera muy clara en los artículos que escribió para la prensa internacional.
–Recordemos que Nin fue un miembro de la CNT que se sintió atraído por la Revolución Bolchevique que, a la vez, se unió a la Tercera Internacional… no le daban miedo los cambios ni las apuestas… tenía como la mente muy, muy abierta ¿no?… y eso mismo, esa misma característica le hizo replantearse no pocas cosas desde esa estancia en Moscú. Explícanos
-Nin había empezado a militar en una organización nacionalista catalana, la republicana Unió Federal Nacionalista Republicana y terminó militando en el Partido Obrero de Unificación Marxista, pasando por el PSOE, la CNT y la Izquierda Comunista. Aunque no lo parezca, sin embargo, estos cambios de militancia tenían una enorme coherencia y se adecuaban tanto al momento político que vivía en cada momento –una realidad que fue muy cambiante- como a la evolución de su propio pensamiento. Ciertamente, Nin era muy abierto de mente, y hubo aspectos que nunca cambiaron de su militancia: desde el obrerismo –que ya encontramos en su primera militancia- hasta la defensa de las nacionalidades oprimidas.
-Y todo esto como que lo vuelca en sus cartas… ¿es así?
-En la correspondencia aparecen, ciertamente, todos los aspectos que le preocupan en cada momento: la de los primeros años, 1921-1922, que mantiene con Maurín, por ejemplo, se centra mucho en la necesidad de que extender las ideas procedentes de la revolución rusa entre el proletariado español. Luego aparecen todos los temas tanto políticos como personales. Sobre todo con Maurín, con quien mantenía una intensa amistad, se hablaba de todo tipo de temas.
-En aquellos años la correspondencia era “como declaraciones de intenciones, ¿verdad?
-Declaración de intenciones hasta cierto punto. Siempre dependía del nivel de relaciones que mantenía con cada persona. Con Trotski, por ejemplo, la relación era mucho más política y eso se refleja muy claramente en la correspondencia.
-¿El contenido de las correspondencias era como más político?
-Hay correspondencia de todo tipo. También he querido incorporar las cartas que escribió la madre de Nin cuando residió en Moscú, entre 1924 y 1925, que en este caso son más personales e incluso una que escribió Nin a su primo mientras su madre estaba en Moscú. En este caso se trata de cartas que encontré en el Archivo de la Dirección General de Seguridad, puesto que le fueron interceptadas por la policía.
–Nin era traductor, ¿cómo combinaba esta faceta con la de pensador político?; ¿se refleja en su correspondencia?
-Justamente, Nin empezó a traducir cuando de manera definitiva a partir de 1928 fue apartado de toda actividad política. Desde este año hasta que fue expulsado de la URSS en agosto de 1930 se dedicó a traducir,entre otras razones porque era la única manera que tenía de subsistir. Y esta tarea la siguió llevando a cabo cuando regresó a Barcelona en vísperas de la proclamación de la Segunda República.
–¿Cómo puedes explicar que era la correspondencia de Nin con Maurín o Trotski, dos de las personas con quien más se carteó Nin?
-Con Maurín, trataron de todo, desde política hasta cuestiones personales y profesionales. Justamente, la correspondencia de los años 1928-1930 trata, entre otros temas, de las traducciones que realizó Nin para las Ediciones Europa-América, que Maurín dirigía desde París. En cambio con Trotski era una correspondencia mucho más política, que iba desde los aspectos relacionados con la situación que se vivía en Rusia hasta los aspectos relacionados con la creación europea de una Oposición de Izquierdas, que impulsaba Trotski con sus partidarios del resto de países.
-¿Y con los escritores, sobre todo catalanes, con los que mantenía otro tipo de correspondencia… como echando más una mirada intensa al panorama literario?
-Efectivamente, Nin no abandonó nunca el interés por la cultura catalana y por saber aquello que sucedía en Cataluña durante su ausencia. Y esta necesidad se concretó muy pronto tanto con las cartas que escribió a Eugeni d’Ors, como sobre todo las que escribió a Prudenci Bertrana –a quien le pide que le mande las últimas obras que ha escrito- como la larga carta que escribe a Puig i Ferreter, que fue quien le llevó a traducir al catalán Crim i Càstig, de Dostoievski, que fue la primera edición traducida íntegramente en una lengua no eslava.
-¿Cómo fue acercarse y aproximarse a la correspondencia de Andreu Nin… esta que llevó a cabo mientras estaba en Moscú, en el Moscú de la URSS?
-Como ya he dicho, la primera vez que accedí a la correspondencia fue a principios de los años 80, con la correspondencia que hubo entre Maurín y Nin, entre los años 1928 y 1930 y que conservó Maurín. Progresivamente, también en 1928 Pierre Broué publicó en los “CahiersLéon Trotsky” las cartas que Ninhabía escrito a Trotski en 1928, cuando se hallaba en Alma-Ata. Yo he descubierto las cartas de Trotski a Nin, del año 1930 en el Archivo de la Dirección General de Seguridad, ya que le fueron requisadas a Nin en su domicilio, en la primera detención que se produjo, justo cuando hacía poco que había regresado a Barcelona. Otras han sido publicadas en otros libros. El origen, pues, es diverso.
-¿Nos puedes hablar del proceso de documentación e investigación de esta correspondencia con la que has ido trabajando? ¿Te costó mucho hacerte con ello?
-Como acabo de señalarles las cartas de Nin se encuentran nada menos que en seis archivos diferentes, que van desde el RGASPI (Centro ruso para la conservación de los archivos de historia política y social) de Moscú, hasta dos archivos de los Estados Unidos, pasando por la Biblioteca de Cataluña de Barcelona o el Archivo Histórico Nacional de Madrid. Debo decir que en todos los casos, he podido contar con la colaboración de amigos y compañeros, que me han ayudado a localizar esta correspondencia, que no siempre ha sido fácil. Desde 1982, cuando publiqué las primeras cartas, hasta hoy han pasado muchos años…
-Amigo Pelai, ¿cómo lo trabajaste?
-Se trataba de organizar la correspondencia tanto desde un punto de vista temático como cronológico. Primero trabajé la correspondencia con Maurín, que era la más numerosa y la que ocupa prácticamente todo el período: hay cartas de 1921-22, de 1924-25 y de 1928-30. Luego organicé las cartas entre Nin y Trotski, de los años 1928-30; y finalmente la que mantuvo con el resto de compañeros. Quisimos completar la correspondencia con dos entrevistas que le hicieron a Nin cuando regresó de la URSS y que, justamente, hablaba de su experiencia moscovita. Y además la completamos con una galería de personajes, donde incluimos biografías de aquellas personalidades que aparecen en un momento u otro en la correspondencia y con una breve cronología de la estancia de Nin en la URSS que permitiese situar la correspondencia en cada período.
-¿Nos puedes dar alguna pista de aquello en lo que estás trabajando en estos momentos?
-Siempre hay temas con los que trabajar… Ahora, por ejemplo, hay uno que nos estamos planteando y que, sin abandonar el interés que sigue despertando la trayectoria política de Andreu Nin, se trataría de recopilar todos los artículos que escribió mientras se encontraba en Moscú. “Escritos desde Moscú” o algo así podría llamarse el libro. Quiero recordar que, justamente, este año 2019 acaban de salir tres libros sobre o de Andreu Nin, la cual cosa no está nada mal…
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