Fuente: La Jornada Ángel Guerra Cabrera 23.10.22
De 11.4 millones de haitianos, 4.6 millones sufren inseguridad alimentaria y 70 por ciento están desempleados. El primer ministro y presidente en funciones Ariel Henry subió los precios del combustible durante esta crisis, lo que provocó la protesta y profundizó el movimiento.
Henry fue instalado en 2021 por el Grupo Central
(liderado por Estados Unidos, la Unión Europea, la ONU y la OEA) tras el asesinato del impopular presidente Jovenel Moïse. Éste fue ultimado por una conspiración entre el partido en el poder, narcotraficantes, mercenarios colombianos y los servicios de inteligencia gringos.
Helen La Lime, representante del secretario general de la ONU, dijo en febrero al Consejo de Seguridad que la investigación sobre el asesinato de Moïse se había estancado. El 15 de octubre, Estados Unidos presentó un proyecto de resolución al Consejo de Seguridad en el que se pide el despliegue inmediato de una fuerza multinacional de acción rápida
.
Desde la revolución haitiana de 1804, las fuerzas del imperialismo han intervenido militar y económicamente contra los movimientos populares que buscan acabar con el sistema neocolonial.
Una nueva intervención de este tipo en nombre de los derechos humanos
sería catastrófica para el pueblo haitiano, cuyo avance está siendo bloqueado por bandas creadas y promovidas por la oligarquía haitiana, apoyadas por el Grupo Central, y con armas de Washington. ¿Cómo puede solidarizase el mundo con Haití? (https://bit.ly/3DlUf9G)