Cuando en Sudan se cumple dos días de la nueva tregua entre las partes beligerantes en relativa calma, el secretario general de la Organización  de Naciones Unidas (ONU), António Guterres, alertó que el país africano puede convertirse en un «foco de anarquía e irradiar inseguridad en toda su región».

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Representantes de Egipto, Arabia Saudita, la Unión Africana, Alemania, Catar y la Unión Europea se reunieron en Ginebra el lunes para discutir la ayuda a Sudán y anunciaron una donación cercana a los 1.500 millones de dólares.

«El tamaño y la rapidez con la que Sudán ha descendido a la muerte y a la destrucción no tienen precedentes», dijo Guterres durante una intervención telemática en una conferencia de donantes en favor de Sudán y de los países vecinos que han recibido más de medio millón de refugiados en los últimos dos meses.

La ONU dice que su programa de ayuda de emergencia lanzado después de que estalló la guerra el 15 de abril ha recibido menos del 16 por ciento de los 2.570 millones de dólares requeridos.

En este sentido, la Unión Europea anunció que contribuirá con 190 millones de euros adicionales, que se añaden a los más de 70 millones que ya había comprometido anteriormente.

Otros asistentes a la conferencia, como Catar, también han confirmado nuevas contribuciones.

En total, 2,1 millones de personas se han visto forzadas a desplazarse por las hostilidades (incluidos aquellos que siguen dentro de país), según los últimos datos de la ONU.

El pasado domingo entró en vigor una tregua de 72 horas entre las partes, que ha permitido reactivar parte de la actividad en Jartum, donde han reabierto algunos comercios y las farmacias.

Sudán es testigo de violentos combates en varias zonas de la capital, Jartum,  y la ciudad de Omdurman, en medio de temores de desastres humanitarios por el desplazamiento de un gran número de civiles a las zonas fronterizas, especialmente con Egipto y Chad.