El objetivo del periodismo es tener un impacto y alborotar a los poderosos. Los mejores periodistas de nuestro tiempo lo han hecho. El número de seguidores en las redes sociales que hemos acumulado es fantástico, pero uno se pregunta si eso realmente está teniendo un impacto y cuando ves a Blinken haciendo una declaración como esa, el impacto es claro.

Exactamente. Pero, si soy sincero, también había mucha preocupación y alarma por la situación. Blinken es el tercer político más poderoso de Estados Unidos (o el cuarto, según cómo se califique al presidente de la Cámara de Representantes) o incluso el segundo, considerando que Joe Biden está claramente desaparecido en combate. Mi principal problema fue que nunca presentó ninguna prueba y su declaración fue devastadora para nuestro trabajo.

Tal vez fuimos ingenuos, pero tuvimos la impresión de que, a pesar de todos sus problemas, Estados Unidos se tomaba en serio la libertad de expresión. Descubrimos de primera mano que hay un límite y, con una sola declaración desde una tribuna de prensa, casi como un emperador romano absoluto, todas nuestras plataformas fueron derribadas. De repente, estábamos incumpliendo las “normas de la comunidad”. No se dieron detalles ni explicaciones ni se siguió el debido proceso.

Bueno, la principal lección que aprendí es que cuando deciden atacarte, tendrán éxito sin importar lo que hagas. Pero no hay que ponérselo fácil. Nosotros dependíamos demasiado de esas plataformas de redes sociales y otros servicios occidentales para nuestra oficina administrativa, lo que hizo que fuera muy fácil para ellos quitarnos la alfombra de debajo de nuestros pies. No creíamos que hubiéramos hecho nada que lo justificara, pero aun así sucedió. Hay que tener en cuenta que cuando se discuten temas relacionados con Africom, se destacan las publicaciones de WikiLeaks sobre África o se da una plataforma a las voces antiimperialistas durante la gira de Kamala Harris por África, es inevitable que se enfaden algunas personas muy poderosas.

El segundo punto se refiere al poder, que es gemelo de la soberanía. Me hizo darme cuenta de que no se puede acumular y ejercer el poder si se depende de plataformas que están fuera de nuestro control. Si queremos espacios donde podamos discutir cuestiones revolucionarias, dado el talento que hay dentro de la familia africana, necesitamos crear nuestras propias plataformas. Y también necesitamos apoyar y utilizar esas plataformas.

Bueno, soy antiimperialista, así que no voy a trabajar en algo que no me apasione y que no refleje cómo mi equipo y yo vemos el mundo. Pero también quería construir algo que no solo predicara a los conversos, sino que pudiera hablar a mi sobrina, a mis amigos del fútbol, ​​a los estudiantes o incluso a los profesores, haciendo que los temas fueran comprensibles y digeribles para ellos. ¿Por qué, por ejemplo, Liberia concede el 10% de su territorio a una empresa emiratí? ¿Por qué Estados Unidos tiene una presencia militar tan grande en África? ¿Por qué tantas empresas extranjeras poseen evaluaciones y minerales africanos cuando la gente del continente sufre tanto? ¿Está bien eso?

Gran parte de ello es en realidad política de sentido común: eso es lo que lo hace radical.

Pienso en TeleSUR. Surgió de la nada con reportajes antiimperialistas de muy alta calidad y con muchas historias sobre América Latina.

Es un sitio web y canal de televisión latinoamericano financiado por Cuba, Venezuela y Nicaragua. Y me pareció que su contenido era enfermizo. Sitios como The Grayzone también eran importantes por su trabajo de investigación, que es la dirección en la que quería orientar African Stream. Quiero decir, en ese momento estábamos juntando las piezas del rompecabezas a partir de información que ya estaba en la esfera pública; imagínense si empezáramos a descubrir cosas nosotros mismos.

Bueno, tal vez lo fuimos. El periodismo está destinado a ser una molestia. Está destinado a antagonizar a los poderosos. Y no se trata solo de las comunidades de color; lo que decimos tiene repercusión. Eran reportajes y contenidos veraces y confiables y la gente confiaba en nosotros. No somos infalibles, pero nadie ha podido atacarnos por nuestro contenido o por nuestros reportajes en absoluto. La prohibición de las redes sociales es un caso de jugarle la mano al hombre, no a la pelota, porque no pudieron acercarse a nuestro trabajo.

Creo que una de las cosas más importantes que pasamos por alto es el componente estructural de los problemas que enfrentan los africanos y los países africanos. Observamos a individuos como William Ruto, por ejemplo, lo vemos recibiendo banquetes en Washington DC y a su gobierno comportándose de manera corrupta, pero no hacemos preguntas importantes y más importantes. Esto desvía la atención hacia el liderazgo deficiente o los déficits en el carácter y la calidad de los políticos africanos, como si eso fuera una característica única de nuestro continente cuando no lo es. Quiero que la gente investigue más a fondo. ¿Por qué la República Democrática del Congo está atrapada en un ciclo perpetuo de pobreza cuando, de hecho, es tan rica? ¿Por qué siempre se piensa que los africanos son víctimas indefensas, cuando tienen la capacidad de cambiar su destino?

Creo que fue Michael Parenti quien dijo que los países pobres no están “subdesarrollados, sino sobreexplotados”. Lean los principales medios de comunicación sobre África durante una semana y vean si son capaces de llegar a esa conclusión. No lo harán, y para eso se creó African Stream.