

Por Azad Essa *
Activistas sudafricanos han denunciado que Israel está utilizando un oscuro grupo humanitario para expulsar a los palestinos de Gaza, en lo que califican como la última forma de limpieza étnica que se ha producido desde octubre de 2023.
El jueves, un avión que transportaba a 153 palestinos desde Gaza aterrizó en el Aeropuerto Internacional OR Tambo de Sudáfrica, pero el avión permaneció en la pista durante unas doce horas, sin que se permitiera a los pasajeros desembarcar, lo que provocó confusión e ira contra las autoridades locales.
Sin embargo, en cuestión de horas, los activistas y las autoridades sudafricanas descubrieron varias irregularidades en la forma en que se había organizado el viaje de los palestinos por parte de un organismo llamado Al-Majd Europe.
Los activistas descubrieron que no sólo el Gobierno sudafricano desconocía su llegada, sino que los propios evacuados no disponían de ninguna documentación o papeleo que facilitara su tramitación en el país.
Los activistas afirmaron que lo más impactante era que varios palestinos habían declarado que habían emprendido el viaje sin saber exactamente a dónde iban.
Na’im Yinah, activista y académico con sede en Johannesburgo desde hace mucho tiempo, declaró a Middle East Eye que estos acontecimientos sugerían que Israel estaba aprovechando la desesperación de los palestinos para impulsar discretamente una política de desplazamiento forzoso de palestinos con el grupo Al-Majd Europe, que actuaba como conducto para su expulsión.
También parecía mostrar un esfuerzo por expulsar definitivamente a una clase profesional —médicos, educadores, empresarios— de Gaza.
«Para nosotros está claro que Al-Majd es una tapadera del Estado israelí y de los servicios de inteligencia israelíes, y que se trata de un proyecto destinado a facilitar la limpieza étnica de Gaza».
Las afirmaciones de Yinah se produjeron después de que un oficial militar israelí anónimo dijera a Associated Press que Israel había ayudado a facilitar el traslado de palestinos desde Gaza al paso fronterizo de Karem Abu Salem (Kerem Shalom), en el sur de Israel, antes de ser trasladados al aeropuerto de Ramon, donde embarcaron en un vuelo que los llevó primero a Nairobi y luego a Johannesburgo.
Sarah Oosthuizen, otra activista del colectivo que atiende a los palestinos en Johannesburgo, declaró a MEE que las tarjetas de embarque de los pasajeros mostraban diversos destinos, desde la India hasta Malasia e Indonesia.
«Por lo tanto, los pasajeros no tenían motivos para saber en ningún momento adónde se dirigían», afirmó, y añadió que «parecía una forma de tráfico de personas».
MEE se puso en contacto con Al-Majd Europe para recabar sus comentarios, pero no recibió respuesta antes de la publicación de este artículo.
Un grupo oscuro
Según su sitio web, Al-Majd Europe se formó en 2010, tras haberse registrado supuestamente en Alemania con sede en Jerusalén.
El grupo afirma que ofrece servicios de evacuación humanitaria, distribución de alimentos de emergencia y un programa de asistencia médica.
«Nos especializamos en proporcionar ayuda y rescate a las comunidades musulmanas en zonas de conflicto y guerra», afirma el grupo en su sitio web.
«Esto incluye facilitar el acceso de los pacientes a atención médica crítica, garantizar su viaje al extranjero para recibir tratamiento y asegurar que sus familias los acompañen durante todo el tratamiento», añade.
Pero Jalid Vawda, activista de Social Intifada, un grupo con sede en Johannesburgo, que fue el primero en expresar su preocupación por la organización a finales de octubre cuando la descubrió, afirmó que parecía haber surgido de la nada.
Según declaró a MEE, Al-Majd Europe llevaba meses anunciando en las redes sociales su capacidad para evacuar a palestinos de Gaza.
MEE entiende que los palestinos que viajaron a Sudáfrica habían descubierto Al-Majd Europe por su cuenta y habían solicitado su ayuda, o bien habían sido contactados por sus representantes en Gaza.
Vawda dijo que los refugiados se comunicaban con lo que parecía ser un representante palestino del grupo a través de WhatsApp.
«Ninguno de ellos sospechaba nada, porque asumían que era sólo otra vía para salir de Gaza, ya que Rafah está cerrada», dijo.
A pesar del supuesto alto el fuego que se implementó en octubre, Israel ha seguido bombardeando Gaza esporádicamente, y cientos de palestinos han muerto en las últimas semanas.
Más del 80% de las estructuras han sido destruidas, lo que ha dejado grandes extensiones de Gaza inhabitables, una situación que se prevé que se vuelva catastrófica con la llegada del invierno. La ayuda que llega sigue siendo lenta e insuficiente.
«Creo firmemente que Israel se está aprovechando de los palestinos de Gaza», afirmó Vawda.
«A algún nivel, se están lucrando con personas vulnerables, que sufren trastorno de estrés postraumático tras dos años de genocidio y que han visto morir a sus seres queridos», añadió.
Las familias pagaron diferentes cantidades, que oscilaban entre 1.500 y 5.000 dólares por persona, y se les indicó un punto de encuentro en Gaza desde donde comenzaría el viaje en un vuelo chárter.
El sábado, Shimi Zuaretz, portavoz de COGAT, el organismo israelí que gestiona los asuntos civiles en la Cisjordania ocupada y en Gaza, declaró a AFP que se había concedido permiso a los palestinos para salir de Gaza después de que la agencia «obtuviera la aprobación de un tercer país para recibirlos».
Zuaretz no especificó qué país había aceptado acogerlos.
Sin embargo, un día antes, la embajada palestina en Sudáfrica afirmó que el vuelo había sido organizado por una «organización no registrada y engañosa que se ha aprovechado de las trágicas condiciones humanitarias de nuestro pueblo en Gaza, que engañó a las familias, les cobró dinero y facilitó su viaje de manera irregular e irresponsable».
Un segundo vuelo
Aunque la llegada del vuelo el 13 de noviembre fue una sorpresa para el Gobierno sudafricano, Sarah Oosthuizen afirmó que los organizadores en Johannesburgo tenían indicios de que ese día podría llegar un avión lleno de refugiados.
Según ella, a principios de noviembre, unos activistas locales se habían topado en la ciudad con una familia palestina que les dijo que había llegado a Sudáfrica el 28 de octubre en un vuelo chárter con otras personas.
Tras investigar un poco, los organizadores locales descubrieron que había cerca de 180 palestinos más que habían llegado en ese vuelo; algunos dijeron que esperaban que miembros de sus familias llegaran en un segundo vuelo el 13 de noviembre.
Los organizadores dijeron que a algunos de los que habían tomado los vuelos se les había prometido alojamiento en su destino final.
Sin embargo, al llegar, los refugiados se encontraron en un país extranjero sin ninguna orientación, apoyo o explicación sobre su situación o sus derechos.
Sin embargo, cada uno de ellos recibió la dirección de un hotel en la ciudad.
No sólo los separaron inmediatamente unos de otros, sino que el alojamiento sólo era para siete días.
En poco tiempo, la comunicación por WhatsApp también terminó. Y Al Majd Europe desapareció.
Yinah, que subió al avión el jueves mientras permanecía en la pista durante casi 12 horas, describió las condiciones a bordo como pésimas y horribles.
Dijo que a los pasajeros no se les había dado comida ni agua durante todo el vuelo y que había bebés a los que no se les había podido cambiar los pañales en 24 horas.
Había una mujer embarazada que luchaba contra los dolores del parto. Por otra parte, un niño sufrió convulsiones mientras esperaban durante horas bajo el calor para desembarcar, dijo.
Yinah narró que a los palestinos que viajaban en el vuelo les habían quitado todas sus pertenencias en Israel. Llegaron a Gaza con su cartera, su teléfono, su pasaporte y la ropa que llevaban puesta, y no se les permitió llevar nada más.
Lo más inquietante, según Yinah, es que cuando salieron de Israel, cada familia tenía una idea diferente de cuál podría ser su destino.
«La forma en que abandonaron Gaza y fueron trasladados sin saberlo a Sudáfrica apunta a la profunda implicación del Estado israelí y a la violación por parte de Israel de los derechos de personas desesperadas por encontrar un respiro a las atrocidades genocidas que comete en Gaza», afirmaba un comunicado de la sociedad civil enviado a MEE el sábado.
«Misterioso avión»
Tras varias deliberaciones, consultas y representaciones de grupos de la sociedad civil el jueves, el Gobierno sudafricano permitió el desembarque del avión.
El viernes, el presidente sudafricano Cyril Ramaphosa describió a los refugiados como «personas de Gaza que, de alguna manera misteriosa, fueron subidas a un avión».
«Obviamente, tenemos que investigar sus orígenes, dónde comenzó todo, la razón por la que los han traído aquí… porque no traían documentación alguna», añadió.
Aunque el Ministerio de Asuntos Exteriores palestino expresó su agradecimiento al Gobierno de Ramaphosa, los activistas locales se muestran consternados por la falta de atención prestada por la Autoridad de Gestión de Fronteras (BMA, por sus siglas en inglés) de Sudáfrica a los palestinos.
Oosthuizen señaló que, aunque los pasajeros no tuvieran la documentación adecuada, el Gobierno no debería haber tardado tanto en atender sus necesidades, dado que se trataba de personas que acababan de sufrir un genocidio.
Afirmó que los pasajeros estaban agotados, deshidratados y desorientados.
El incidente también pareció poner de manifiesto las divisiones dentro del Gobierno sudafricano en cuanto a su enfoque hacia Palestina.
Tras perder su mayoría parlamentaria en junio de 2024, el Congreso Nacional Africano (CNA) comparte el poder con varios otros partidos, entre ellos la Alianza Democrática (AD), favorable a Israel.
El Departamento del Interior (DHA, por sus siglas en inglés), que colabora estrechamente con la BMA, está dirigido por Leon Schreiber, miembro de la AD.
Los activistas afirmaron que sólo tras la intervención del propio Ramaphosa, la BMA concedió a los palestinos visados de 90 días para entrar en el país.
Sin embargo, el DHA afirmó en un comunicado que, una vez se confirmó que los refugiados «dispondrían de alojamiento y asistencia durante su visita, el ministro del Interior presentó los nuevos datos al comisario de la BMA para su consideración, incluyendo motivos humanitarios».
No obstante, los activistas piden una investigación exhaustiva tanto de Al-Majd Europe como de la respuesta del Gobierno sudafricano.
«Pedimos una investigación exhaustiva, no sólo de los antecedentes, sino también de la forma en que se ha gestionado aquí en Sudáfrica», afirmó Oosthuizen.
«Nuestro Gobierno ha adoptado una postura propalestina. Nos han visto actuar en la Corte Penal Internacional, en el Tribunal Internacional de Justicia, y para nosotros es muy vergonzoso el trato que se ha dado a estas personas que se encontraban en una situación de extrema necesidad», añadió.
– Foto de portada: Palestinos de Gaza aterrizan en el Aeropuerto Internacional OR Tambo de Sudáfrica el 13 de noviembre de 2025, sin los documentos de viaje adecuados (Gift of the Givers Foundation).
* Nota original: South African activists allege Israel used shadowy NGO to ‘traffic’ Palestinians from Gaza.
Azad Essa es un destacado reportero de Middle East Eye que reside en el área metropolitana de Nueva York. Sus reportajes y comentarios abarcan desde la política exterior estadounidense y su impacto en las comunidades musulmanas y árabes hasta la India y el nacionalismo hindú. Anteriormente, trabajó para Al Jazeera English entre 2010 y 2018, cubriendo el sur y el centro de África para la cadena. Es autor de Hostile Homelands: The New Alliance Between India and Israel.
– Traducido por Sinfo Fernández para ‘Voces del Mundo’
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