El Sudamericano
Es tiempo de odio, palabrería y confusión. Tiempo de estupidez y demagogia. Y nada de lo humano está a salvo. Porque el capital especulativo-imperialista no consigue derrotar y revertir la combinación acelerada de crisis concéntricas o multidimensionales, (económica, política, militar-estratégica, ¿ideológica?)
La prensa burguesa rechina los dientes y vomita amenazas por la boca de los payasos cocainómanos de la Comisión Europea, mientras el payaso del norte se disfraza de Emperador de El Vaticano, cosas que pasan. Reality Horror…
La prensa burguesa no puede admitir la victoria soviética, porque no puede admitir como propia la victoria del proletariado mundial frente al fascismo. Porque todas las burguesías del mundo sueñan con derrotar definitivamente al proletariado en su guerra de clases particular y permanente. Sueñan su propio y particular sueño nazi nacional-burgués. Esto es lo que define los ámbitos particulares (geográficos) y las intensidades locales del conflicto por la plusvalía y la «renta nacional». Aunque no lo digan, aunque no lo entiendan siquiera, sueñan reinstalar condiciones de esclavitud, detener la historia, someter la condición humana a la fría maquinaria de muerte del capital transhumanista.
El ‘horizonte civilizatorio’ es aplastado debajo de las bombas que incineran hospitales y escuelas en Gaza, debajo de las ruinas sirias, en los sótanos del Dombass. La mayor, o quizás la única certeza allí, es que el mundo tal cómo existía ‘antes’, ahora, ya no existe. Ese es el verdadero carácter de la guerra, –la guerra de los ricos contra los pobres del mundo– para los que sobreviven a ella.
La única y verdadera guerra, el resumen de todas las guerras de la humanidad, es la guerra por (y contra) la condición humana. La guerra contra la verdadera naturaleza del hombre, la guerra contra la liberación humana. Y entonces ¿que hay después de la inhumanidad? Una sobrevida. Una muerte viva.
Nosotr@s, (ahora que ya es el tiempo de decirnos claramente las cosas), decimos, que hemos conocido torturadores, y sobrevivientes de la tortura. Decenas de Eternautas guerrilleros y poetas, ejércitos de maestras y lavanderas, que intervinieron en nuestras vidas, directamente. Hemos conocido la pena de morir viviendo. Hemos conocido soldados israelíes y ‘especialistas’ gringos.
La lista sin exagerar, incluye muchos más amigos inesperados. Y esto es así porque nosotr@s hemos aceptado desde hace mucho, mucho tiempo, la responsabilidad de conocer al enemigo. Y sin más remedio, anónimamente, para esto, también aprendimos, que primero hay que reconocerlo.
Y esto, (también sin exagerar y sin romper la regla de decir lo suficiente escribiendo solo lo necesario) sabemos, sin embargo: que ellos son incapaces de entender nuestra motivación, nuestra cultura de la resistencia; ni siquiera pueden aceptar psicológicamente su propia condición de material descartable; tristes y enfermos sicarios. La amalgama sádico/fascista es autoinmune.
Y decimos porque es necesario, que el Papa de Roma, –el amigo de los amigos–, es un sicario de la política criminal de la más antigua, rancia y criminal oligarquía europea en santo convenio con el sionismo y Wall Street. No importa en lo más mínimo cómo se limpie el culo.
¿Y las manos unidas en oración podrán salvarnos de la ingeniería de la indigencia y la desolación emocional? ¿Y si el futuro de las finanzas y la sobrevida proletaria dependen de la militarización y la economía criminal neofascista, quién librará la guerra contra la guerra capitalista? La única certeza es que la vida debe ser defendida con la vida, y qué contra las armas burguesas solo es posible defenderse con las armas del pueblo. Dialéctica paradojal del sacrificio individual frente a la amenaza de sacrificio colectivo que acompaña a nuestra civilización desde hace miles de años.
Resulta difícil imaginar, seriamente, un frente único Antiimperialista sin el protagonismo de los pueblos, mientras Palestina se desangra y el genocidio planificado se presenta como escenario cotidiano. Mientras se presentan respetos y favores a genocidas psicópatas en la capital de la moda europea. Y todo eso, y mucho más, usted ya lo sabe.
La muerte está de moda. La muerte genérica, en abstracto. Es rentable, funcional.
Y sin embargo, los muertos de la humanidad explotada en todas las guerras; los muertos soviéticos, europeos, asiáticos, africanos y lationamericanos; sus banderas, sus memorias y sus retratos aún caminan las calles de Moscú, de París, Buenos Aires y del mundo entero.
El culto al inhumanismo solo puede ser derrotado asumiendo el compromiso de honrar la vida con la vida, salvar de la tragedia de nuestros días a los camaradas que nos antecedieron en la lucha, y salvaguardar con ellos el recuerdo inmemorial de nuestra especie, su unanimidad con la vida del planeta y con la belleza humana y natural en sus infinitas formas. Con el futuro comunista de los pueblos.
Mientras haya vida los muertos de la revolución y el socialismo vivirán así, para siempre, en la memoria del presente.
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¡Honor y Gloria a los Héroes y mártires del Proletariado Mundial!
¡Contra el Fascismo y la Oligarquía luchamos para Vencer!
El Fascismo ¡NO PASARÁ!
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Oficina Internacional – HIJOS. Red Mundial