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La historia de Francisco Moriñigo: a la mili en Cabo Juby con 21 años, fusilado en Las Palmas en el 36
Su sobrino nieto, de Madrid, trata de recomponer su historia. Su padre apenas hablaba de él por miedo y fue gracias a una noticia de prensa cuando conoció un listado de hombres fusilados en Las Palmas en 1936
«Recuperar huesos puede ser muy costoso, pero recuperar historias no lo sería tanto y devolvería paz a las familias», señala Antonio Moriñigo
Las familias de las personas que fueron enterradas en Vegueta perdieron la esperanza de encontrar a sus seres queridos cuando la comisión técnica concluyó que no era viable abrir la fosa común
Su sobrino nieto, Antonio Moriñigo, explica que no fue hasta el fin de la dictadura cuando escuchó hablar más sobre él a su padre, que había silenciado la historia de su hermano por miedo y porque fueron años muy difíciles para toda la familia. «Cada hermano tuvo que lidiar con lo suyo», explica al otro lado del teléfono. Antonio conserva algunas de las fotografías que enviaba Francisco en sus primeros meses de servicio militar, que cumplía en aviación. No tiene, sin embargo, ningún retrato de él en el que aparezca en solitario. Su tía Antonia sí que tenía una fotografía de él con uniforme colgada en la pared junto al contador de la luz, pero la tuvo que quitar ante las amenazas de denuncia del revisor de ese contador. Esa imagen, la familia ahora mismo no sabe dónde se encuentra.
Tampoco disponen actualmente de un certificado de defunción del soldado. Por lo que ha trascendido en la familia, sí que se les notificó durante la guerra que había muerto y años más tarde un compañero suyo que sobrevivió explicó a su hermana Antonia que había sido fusilado junto a otros soldados. Sin embargo, no disponían de medios para comprobar esa información entonces. Francisco era soltero y no tuvo hijos.
Ha sido la siguiente generación la que ha podido empezar a recomponer la historia. Su sobrino nieto explica que su padre y hermano del soldado, Lorenzo, falleció en 2008 y poco después localizó una noticia de prensa en la que se mencionaba a Francisco por lo que su padre murió sin saber absolutamente nada. Se trataba de un artículo de la revista Interviú en el que se hacía mención al listado de fusilados elaborado por el historiador Sergio Millares basándose en datos del registro del Cementerio de Las Palmas. En el documento, Francisco aparece junto a otros nueve hombres con registro del 28 de octubre de 1936 y bajo el epígrafe: «Resistencia de Cabo Juby».
Ese fue el primer contacto que tuvo su sobrino nieto con lo que le ocurrió. Más tarde, Antonio localizó un artículo del periódico ABC con fecha de domingo 18 de abril de 1937 en el que se hablaba de los aviadores de Cabo Juby que se mantuvieron fieles a la República. Según narran en ese artículo algunas viudas de esos hombres, todos los soldados de esa aviación fueron leales al Gobierno de La República. Algunos fueron prisioneros en Sevilla y otros enviados en un barco a Las Palmas.
En el blog del historiador canario Pedro Medina Sanabria, portal que ha sido de gran ayuda para numerosas familias víctimas del franquismo, se encuentra localizada una declaración de Francisco Moriñigo datada el 7 de septiembre de 1936 y en el campo de tiro de La Isleta, donde eran encarcelados los represaliados del franquismo hasta que se les realizaba un juicio militar. En esa declaración, el aviador asegura que se reafirma en lo declarado anteriormente y que no tiene nada más que decir. También se detalla de dónde venía, que era soltero y sus rasgos físicos, pero no se aclara qué fue lo que hizo para estar encarcelado en ese lugar.
Isleta, Puerto de La Luz: campos de concentración, el libro de Juan Medina Sanabria, hermano de Pedro, y también historiador, recoge lo que supuso este lugar para los represaliados y el juicio militar realizado a 21 soldados de Sidi Ifni cuyos cuerpos fueron trasladados a la Fosa Común de Vegueta mientras derramaban sangre por la calles más céntricas de la ciudad para causar terror. Sobre los militares de Cabo Juby, en un homenaje realizado en ese cementerio a las víctimas del franquismo en el año 2016 fue mencionado Francisco Moriñigo Criado junto a sus compañeros ya que su nombre aparecía en el listado del cementerio.
La fosa a donde fueron conducidos decenas de represaliados finalmente no se va a exhumar. Los familiares perdieron todas las esperanzas el pasado verano después de que la Comisión Técnica determinara que no era viable. Se trata de una decisión que ha afectado a familias como la de Francisco González, sindicalista que fue fusilado junto al alcalde del entonces municipio de San Lorenzo, Juan Santana y que habían liderado la lucha por su apertura. No obstante, también es el caso de las familias de Jesús Moreno, que tenía un cargo en la Delegación del Gobierno de La República en Sidi Ifni o de Fernando Gómez, albañil que trabajaba en Sidi Ifni. Ambos fueron fusilados en La Isleta y enterrados en ese lugar.
«Hoy se habla de recuperación de sus restos, pero a mí personalmente me parece que recuperar su historia sería ya suficiente para confortar a los familiares y eso ya no podrá ser. Que a día de hoy haya personas en las cunetas y en fosas comunes es triste, pero que haya personas vilmente asesinadas que hayan quedado en el olvido es aún más triste. Recuperar huesos puede ser muy costoso, pero recuperar historias no lo sería tanto y devolvería paz a las familias, aunque ahora ya parece tarde», lamenta Antonio Moriñigo.