
Desde el comienzo de la era de la esclavitud, las mujeres negras hemos sentido la presión –explícita o silenciosa– de alisar nuestro cabello. En la escuela, en el trabajo, en la publicidad, nos han hecho creer que nuestro pelo natural era “malo”, “sucio” o “indomable”. Pero cada día somos más quienes decidimos romper con esa narrativa, dejando atrás las planchas, los productos químicos agresivos y las ideas impuestas. Aquí tienes 10 motivos para dejar de alisarte el pelo y abrazar tu afro con orgullo y amor.
1. Porque tu pelo natural es hermoso tal como es
El afro no necesita corrección. Tiene formas, volúmenes y texturas únicas que lo hacen especial. Abrazar tu afro es reconocer que tu belleza no necesita filtros coloniales. No hay nada que arreglar; tu cabello no está mal, lo que estaba mal era el estándar.
2. Porque alisarte es una forma de violencia cotidiana
Muchos de los métodos para alisar el pelo son dolorosos, invasivos y agresivos. Quemaduras, irritaciones, pérdida de cabello… todo para parecer más “aceptable”. Negar tu textura natural para encajar es un peaje injusto. Tu cuerpo merece cuidados, no castigos.
3. Porque es una forma de resistir el racismo estético
El racismo no solo actúa a través del rechazo explícito, sino también imponiendo qué es “bello”, “limpio” o “presentable”. Elegir tu afro es un acto político: es decirle al mundo que no necesitas parecerte a nadie más para ser digna.
4. Porque liberas tiempo, dinero y energía
El mantenimiento del pelo alisado requiere visitas constantes al salón, productos caros, tratamientos intensivos. Volver a tu pelo natural es liberarte de esa industria que se alimenta de tu inseguridad. Tu tiempo y tu dinero pueden tener otro destino.
5. Porque ayudas a las niñas negras a quererse como son
Cada vez que caminas con tu afro por la calle, inspiras. Las niñas que te miran ven una posibilidad: la de aceptarse a sí mismas. Ser un referente cambia vidas. El amor propio también se enseña con el ejemplo.
6. Porque es parte de tu identidad cultural
El cabello afro es estética, historia, comunidad y espiritualidad. Es memoria ancestral. Trenzas, peinados protectores, formas de peinar que nos unen con nuestras raíces africanas y afrodescendientes. Tu pelo es cultura viva.
7. Porque es versátil y creativo
A diferencia del pelo alisado, el afro te ofrece infinitas formas de expresión: trenzas, twist-outs, bantu knots, puff, wash and go… Cada peinado es una obra de arte y una afirmación de tu individualidad.
8. Porque reconectas contigo misma
Muchas mujeres redescubren su cuerpo, su rostro y su espiritualidad al dejar crecer su cabello natural. Es un proceso de reencuentro, de sanar la relación con una parte de ti que fue negada o reprimida. Y eso es profundamente transformador.
9. Porque no necesitas validación externa para saber que vales
Alisar el pelo muchas veces tiene que ver con buscar aceptación. Pero cuando abrazas tu afro, comprendes que no necesitas aprobación de nadie. Te ves al espejo y dices: «así soy, y soy suficiente.»
10. Porque tu afro no es moda, es libertad
No estás siguiendo una tendencia: estás ejerciendo tu derecho a ser tú. Dejar de alisarte el pelo es decir “basta” a las imposiciones, a los cánones coloniales, al deseo de encajar en moldes ajenos. Es declarar que ser tú es, en sí, una victoria.
Cuando dejes atrás el alisado químico habrás tomado algo más importante que una decisión estética. Habrás hecho un acto de amor, de sanación y de resistencia. No es fácil, sobre todo en entornos que siguen viendo lo afro como “desaliñado” o “demasiado llamativo”. Pero vale la pena.
Redacción Afroféminas
