Fuente: https://www.telesurtv.net/bloggers/Argentina.-No-hay-mas-alternativas-que-anular-el-acuerdo-con-el-FMI-20230502-0001.html?utm_source=planisys&utm_medium=NewsletterEspa%C3%B1ol&utm_campaign=NewsletterEspa%C3%B1ol&utm_content=31 Carlos Aznarez 02 mayo 2023
Eduardo Lucita es integrante del EDI (Economistas de Izquierda), y un analista lúcido y de consulta permanente sobre temas álgidos en el plano económico, como por ejemplo, los que vive Argentina en estas circunstancias. Con él hablamos, y sus apreciaciones sirven para el debate de ideas indispensable entre los sectores del campo popular. Por el doloroso presente, y por los peligros que acechan.
-Estamos en medio de una semana donde han pasado muchas cosas, vinculadas a un tema que vos manejás siempre que es el de la economía. Ha habido corridas bancarias, más un intento de recomposición y de buscar salvataje por parte del superministro Sergio Massa. ¿Cómo estás viendo el panorama de esta Argentina turbulenta?
– Estamos en una crisis profunda que se va extendiendo en el tiempo. Ahora yo te diría que es un eslabón más en una larga cadena de crisis del capitalismo argentino que viene desde la crisis del primer peronismo, en los años 52. A partir de ahí, cada siete a diez años se repite la crisis. Siempre explotan por el mismo lugar: la restricción eterna, la falta de dólares, el proceso inflacionario y el déficit fiscal. Por supuesto que este tipo de crisis se han profundizado a partir de la dictadura de 1976, por esa bola de nieve que dejó la deuda externa. Antes no había ese fenómeno, y esto multiplica las cosas. Antes se decía, frente a estas crisis, que «con dos cosechas zafamos», bueno, ahora con la deuda externa hay dos cosechas y no zafamos, sigue la cuestión y hay que buscar otras alternativas.
Ahora, estamos en una crisis que combina un proceso de muy alta inflación, y que esto no se resuelve como intenta el gobierno, de ir bajando lentamente. Estamos con una deuda interna en pesos que es varias veces billonaria. Una parte de esa deuda, cuatro billones y medio, el Ministerio de Economía logró patearlo para el año 2024/25. Solo por el 30 por ciento de esa deuda, el Ministerio le dio a los bancos el bono dual, que quiere decir que se ajusta por inflación o por la evolución del tipo de cambio, según lo que te convenga. O sea, es un bono que no tiene pérdida, es toda ganancia para los bancos. Y el tercer elemento es lo que sabemos, la deuda externa, que es una deuda que ha vuelto a crecer y que el acuerdo con el Fondo Monetario nos tiene totalmente condicionados. Hemos perdido la soberanía monetaria, tenemos límites para la emisión monetaria, aunque el gobierno cada tanto lo transgrede. Hay que mover la tasa de interés según los intereses del FMI. La idea es que tiene que ir por arriba de la inflación. Hasta ahora no ha ido nunca por arriba de la inflación, pero acompaña. Y también la tasa de devaluación, que por momentos está arriba de la tasa de inflación y por momentos no. Quiero insistir en esto porque esos elementos del acuerdo con el FMI son inflacionarios. Pero al mismo tiempo, no están jugando el gran papel inflacionario que tendrían que jugar, porque la emisión monetaria ha caído casi el 50 % con respecto al año pasado. La tasa de interés está yendo en general por detrás de la tasa de inflación y la tasa de devaluación también. Entonces, si estos elementos son los que, según el neoliberalismo, los causantes de la inflación, ¿dónde está la inflación? La inflación está en la puja distributiva. Hay una fuerte puja distributiva en el sentido vertical: Capital / trabajo. Pero también en el sentido horizontal, al interior de las distintas fracciones del capital, para ver quien se apropia de una mayor torta del excedente económico que generan los trabajadores. El proceso inflacionario es multicausal, pero dentro de esas múltiples causas, la puja distributiva es ahora el elemento central de este desborde inflacionario que tenemos.
-Hay un factor que la gente comentaba estos días, cuando decía, desesperanzada que “se va todo a la mierda”, y ese es la corrida bancaria. Cómo se produce una movida de este tipo, en la que de pronto el dólar va aumentando de a 20 pesos a cada momento. ¿Podría el gobierno haberla evitado?
–Mirá, hay que tener en cuenta que el tipo de cambio oficial, estaba y sigue estando muy retrasado con respecto al proceso inflacionario. Este retraso se verificaba también en el contado con liquidación y también en el dólar negro, que no sé por qué se le dice “dólar blue”, pero antes se le decía dólar negro. Entonces, cada tanto hay un ajuste, esos tipos de cambio tienden a ajustarse por la inflación. Ahora, el «dólar blue» es un mercado muy pequeño. Entonces, con una determinada cantidad de dólares, no muy importante, o bien lo hunden, o bien lo levantan a donde lo quieren llevar. Acá hay grandes jugadores que producen esos movimientos. Es una maniobra especulativa. Atrás de eso va todo el chiquitaje que quiere cubrirse desesperadamente. Entonces compran de a 100, de a 200, hay gente que compra 1000. Acá hay todo un sector del trabajo que tiene un excedente dinerario, sino no veríamos el consumo que hay en muchos lados. Entonces, ese excedente dinerario, de repente la gente lo vuelca a comprar dólares como reserva de valor, porque es bastante lógico para el que puede hacerlo Lo que mantiene el valor acá es el tipo de cambio del dólar aunque esté retrasado, uno sabe que en algún momento eso se ajusta. Es la historia de la economía y de la vida de la gente en la Argentina. Yo creo que esos son los factores que producen eso. Ahora claro, los peligros aumentan cuando hay una debilidad tan grande del gobierno, este es un gobierno muy débil, que ya venía así desde el nacimiento, pero la derrota electoral anterior lo debilitó totalmente. Todos estos procesos se aceleran. Se hacen correr versiones de todo tipo. Yo siempre creo que en esto juegan mucho los servicios de inteligencia. El caos de alguna manera le conviene a los servicios, en muchos aspectos. Ellos también hacen su juego en esto. Las herramientas que tiene el gobierno no son muchas para esto, porque no tiene reservas para intervenir. El acuerdo con el Fondo Monetario le impide intervenir en el mercado de cambio con reservas. No obstante, estos últimos días Massa lo hizo. Primero lo hizo y después le dijo al Fondo Monetario usamos reservas. Y si te gusta bien, y sino también, porque perdido por perdido, algo tiene que hacer. Porque toda la estrategia de Massa, ya no es controlar la inflación, porque le resulta incontrolable. El éxito de Massa va a ser, si puede llegar a las PASO sin que haya devaluación. Y es mejor que no haya devaluación, porque realmente si la hubiera, la inflación se va a ir al 1000 por 1000. Y los salarios se van a derrumbar más de lo que están, y los indigentes se van a ir al 15 %. Va a ser económica y socialmente un desastre. Ahora, al mismo tiempo, como no se toman medidas fuertes para calmar esto, lentamente nos vamos al desastre también. Es más lento que con la devaluación, pero nos vamos. Por alguna razón, (Emmanuel) Álvarez Agis, (exviceministro de Economía de la Nación, que se desempeñó en el cargo en 2013 durante el segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner), al principio de este gobierno cuando se discutía con el Fondo Monetario Internacional, decía: “siempre un mal acuerdo, es mejor que un no acuerdo”, ahora está diciendo “si este acuerdo me está llevando a esto, prefiero no cumplirlo”.
-Ya son muchos que exigen romper con el Fondo…
-A tal punto llega la situación, que se discute si cumplir o no el acuerdo. Se está tomando conciencia de que por más que se re-negocie, si en vez de pagar a diez años pagamos a veinte, es lo mismo. Va a ser más lento, obviamente, siempre es mejor una deuda a veinte que a diez, pero de todas maneras el costo de esa deuda va a ser infernal. Además hay que tener en cuenta que ahora la tasa de interés que le estamos pagando al FMI, que normalmente es del 1 punto 2 como máximo está casi en el 7. Primero porque la tasa de interés de la deuda está colgada a la tasa de interés de EEUU. Como EEUU viene subiendo la tasa de interés, sube la tasa del Fondo. Pero además, como nos aplican una sobre-deuda, por tener una deuda muy grande, que no se corresponde a nuestras acciones en el Fondo, nos cobran una sobre-tasa, por lo que ahora estamos pagando un dineral.
-Entre los salvavidas a los que el gobierno está tratando de apelar en estas circunstancias está el tema del apoyo de China. Decidir con el tema de las importaciones, no pagar en dólares, sino en yuanes. ¿Eso puede influir en algo, en este momento tan duro de crisis?
– Sí, por supuesto, va a ser una menor disposición de dólares. Por ejemplo, si se paga en yuanes el equivalente a 800, 1000 millones por año, entonces vos te ahorras 1000 millones de dólares. Ahora, esos yuanes que alcanzan a 9000. Que hay que decir que en la época de Cristina Fernández se había aprobado un crédito en yuanes por 11000, Macri lo subió a 15000, este gobierno lo llevó a 19000. Ahora es la primera vez que esto se usa. Y es un dato muy importante porque Argentina ha entrado en el tablero de la disputa geopolítica internacional, entre las dos grandes potencias que se disputan la hegemonía en el mundo hoy. Y esto, en cierta medida, es un pequeño «acto de independencia» frente a eso. Vos fíjate que al mismo tiempo se está tratando con Brasil de recuperar el acuerdo que había en la época del kirchnerismo, que las transacciones entre Argentina y Brasil se hacían en las dos monedas, en pesos o en reales. Eso sería muy importante. Pero claro, con una inflación como la que tenemos en la Argentina, nunca se puede saber cuánto vale el peso, eso lo está demorando. Pero si hubiera una estabilización, eso sería también una forma de independizarse del dólar. Por supuesto, no altera la situación general pero son indicadores. Hay muchos países en el mundo que están empezando a comerciar con China en yuanes. Tenés que tener en cuenta que el 21% de nuestras importaciones viene de China. Entonces, hay para pagar en yuanes. No es gratis, es un poco más del 6,5 % el costo de ese préstamo. En última instancia, es más o menos lo que le estamos pagando al FMI.
– Pero eso enoja al FMI y a EEUU. Este gobierno hace un juego doble permanentemente, por un lado nos arrodillamos ante EEUU y por otro lado, como decís vos, hay pequeños amagos de independencia en virtud del ahogo.
–Sí, yo creo que es así. Argentina necesita hacer un equilibrio muy inestable entre las dos potencias. Porque ahora está desesperada por que le hagan un auxilio financiero. Creo que lo harán de alguna forma, aunque no sé cómo, lo van a hacer. Porque ni al Fondo ni a EEUU le conviene que Argentina se derrumbe, por eso no le van a soltar la mano como en un momento hicieron con De La Rúa. Pero algo tienen que hacer, por el peso que tiene China en la región y particularmente en la Argentina. Vos viste que cuando vino la generala del comando sur habló del agua, del litio, de los recursos naturales que tenemos. Que tenemos que cuidar. La otra, del departamento de estado, que venía en vuelo para la Argentina, cuando se enteró que Massa estaba en República Dominicana aterrizó de golpe ahí. Para entrevistarse con Massa y después siguió viaje para acá. Y ha planteado el problema de seguridad. Que no están de acuerdo con que China financie ATUCHA 3, que China financie un puerto de aguas profundas en una ciudad del sur. Sobre todo no están de acuerdo con que Argentina adhiera al 5G. Esa es la batalla fundamental hoy. Porque nosotros hemos pasado en los 60 de una sociedad industrial a una sociedad post industrial. Y ahora estamos pasando a una sociedad donde el centro de toda la acumulación del capital es la información. De ahí que el 5G sea decisivo. Porque en última instancia están disputando quién va a manejar el caño por el cual va a pasar toda la información del mundo. Ahí China está adelantada en ese sentido con respecto a EEUU. Eso entra también en la disputa acá.
-El otro salvavidas que intentó Massa, y que lo concretó en una reunión con la CGT y con una parte importante de la dirigencia social, sobre todo el Movimiento Evita con Pérsico a la cabeza y el “Chino» Navarro a su lado. Ahí hablan de convocar a empresarios para tratar de que no se siga remarcando y remarcando que es lo que ha pasado ya estos días, sabiendo que eso no vuelve para atrás. Una vez que te aumentan un precio es muy difícil que lo bajen. ¿Esa vía la ves posible?
-Creo que la salida histórica del peronismo nunca funcionó. Ahora, Duhalde sí lo hizo, en el marco de la crisis del 2001 / 2002. Pero era un gobierno que tenía mucho respaldo político del oficialismo y de la oposición. Salió por la aprobación de las dos cámaras. Tenía mucha fuerza política porque además, toda la burguesía estaba muy preocupada. Porque la situación que se abrió en el 2001 durante tres o cuatro meses, la burguesía era la clase dominante pero no era la clase dirigente. No había dirección en ese momento. Acordaron todo eso. Ahora también yo tiendo a pensar que si se sigue con una inflación de 100 %, eso descompone todas las relaciones de costo, las relaciones internacionales. Yo no sé hasta qué punto a los empresarios les conviene este caos. Ellos ya han hecho una inversión con una ganancia estratosférica en estos últimos dos años. Siempre vemos que acá hay problemas, porque los gobiernos tienden a acordar con las corporaciones o con las asociaciones empresarias. Pero después, cada una de esas empresas, hace lo que quiere. Porque el capitalismo no es panificable. Entonces, hay una cuestión ahí, que la disputa inter-burguesa juega en todos lados. O sea, que habría que ver. Creo que va a ser muy interesante este Primero de Mayo, escuchar los discusos en el acto que va a organizar el Movimiento Evita y otros. Ahí va a haber una clave de lo que va a significar todo esto. Pero son momentos muy vertiginosos, de mucho cambio. No hay estabilidad posible, porque en un momento hay una noticia, vos tratas de analizar un cuadro, y hay otra noticia que te descompone. Es todo muy vertiginoso, producto de la profundidad de la crisis.
-Todo indica que Cristina va a poner el dedo apuntando a Sergio Massa como su candidato. Aunque como vos decís, todo es impredecible y el Frente de Todos todavía no tiene candidato. Es muy probable que Cristina no vaya, aunque todo puede pasar. ¿Lo ves a Massa aspirando a ser presidente, a pesar de todo esto que se le atribuye de cierto fracaso con respecto al manejo del tema económico. ¿Lo ves como posibilidad de llegar a una segunda vuelta en las elecciones de octubre, siempre, claro, que se imponga en las PASO?
–Mirá, vos de esto sabes un poco más que yo. Pero me parece que es la primera vez en la historia que el peronismo no tiene candidato, no tiene programa. Incluso no tiene un liderazgo fuerte. Porque el liderazgo de Cristina, es sobre una porción del peronismo. Como dicen los sociólogos ahora, es una porción de alta intensidad pero pequeña. No es decisiva al interior del Frente de Todos. De todas maneras, es la única personalidad que puede definir algo por su propia cuenta. Creo que la estrategia de Cristina, que en esa situación, a mí me parece correcta para el peronismo, es no ir a las PASO. Realmente las PASO pueden ser un desboque total para el peronismo. Yo creo que la ambición de Massa o el objetivo de Massa que era frenar el proceso inflacionario, no lo pudo hacer. Ya han asumido que la inflación es alta y va a ir bajando gradualmente en la medida en que estabilicen algo, sobre todo que consigan recursos, en dólares, para habilitar las reservas. Y Massa va a tener éxito si logra evitar la devaluación. Ahora, para eso, hay tiempo hasta junio.
-Está claro que toda esta situación puede llevarse puesto a esto que hoy -a pesar de los pesares- sigue denominándose «peronismo».
-Al mismo tiempo, el peronismo está encerrado, porque en la medida en que no defina el tipo de alianza y el candidato, genera más incertidumbre. Y sobre la base de una crisis, esa incertidumbre agita más la crisis económica. Y lo contrario, la crisis económica profundiza la crisis al interior de las coaliciones políticas, porque no saben qué hacer con la crisis. Vos fíjate que Juntos por el Cambio se está ordenando a pesar de las disputas. Tiene los dos grandes candidatos, va a las PASO y ya han comenzado a hablar de lo que harían si son gobierno. Por un lado en el discurso del otro día de Máximo Kirchner, habló de tener un programa de diez o quince puntos firmados entre todos “para cuando volvamos a ser gobierno”. Ahora, las dos coaliciones hablan del 10 de diciembre en adelante y nadie habla de estos meses que son tremendos, y le dejan hacer lo que quiera a Sergio Massa. Ahí se crea un vacío de propuestas para la coyuntura que es lo que está ocupando Milei. ¿Qué dice Milei? Hay inflación, dolaricemos. ¿Hay inseguridad en los barrios? Armas para todos los ciudadanos. ¿Hay problemas con la educación pública? Privaticemos. Y para todo tiene esas soluciones rápidas, inconsistentes, pero que la gente las está tomando en los barrios. Por lo menos es lo que comentan todos.
-¿Cómo ves a la izquierda en este torbellino?
-Creo que la izquierda, los sectores populares, los que se mueven con independencia de estas dos coaliciones, tiene que elaborar de conjunto un Frente Único ante la crisis. Y plantear un programa rápido de emergencia. Que atienda las necesidades urgentes de la gente y que abra la perspectiva. Hay que aplicarlo hoy, pero mirando más allá de las elecciones. Porque ahora no están armando un programa de equilibrio de la economía. No están haciendo ese programa típico. Pero ese programa típico se viene para cualquiera que gane las elecciones. Entonces, la izquierda, los sectores populares, tienen que estar preparados para eso. Tiene que ser un programa de consenso entre todos. Que albergue desde el FIT hasta los sectores del peronismo disidente, los movimientos sociales independientes, etc. Eso es lo que yo plantearía en una discusión de ese tipo. Hay dos puntos que son irrenunciables. Primero, la relación con el FMI, estamos en una situación que no hay más alternativas que anular el acuerdo con el Fondo. Y la segunda, es que este proceso de inercia inflacionaria se tiene que cortar de cuajo. Y yo digo congelamiento de precios por 180 días, aumentos de salarios para compensar eso; y las leyes de abastecimiento, la ley de la competencia y la ley de defensa del consumidor, en la mano, para aplicar lo que haya que aplicar. Esas leyes permiten poner multas, sancionar a las empresas, cerrar empresas, quitarles el CUIL. Pero implica también, la posibilidad que le dan al estado, en condiciones de necesidad y urgencia, de incautar la mercadería que tengan, por ejemplo, la soja que no quieran vender. Ahora, el problema es, que hay que tener un gobierno con poder político para eso, y el poder político acá está totalmente disuelto.
Estaba pensando, en los años nuestros, los años sesenta te acordarás que se decía “Argentina es un país con futuro pero sin presente”. El presente eran las dificultades ante cada crisis, y el futuro era la industria. Ahora se está diciendo que la Argentina es un país solvente, la coyuntura es un problema de liquidez. Cuando pasemos esto, Argentina tiene mucho futuro. Ya no es la industria, sino los recursos naturales. Ya sea el petróleo u otras riquezas. Este año va a ser la primera vez en el país que una obra pública de envergadura se termina en la fecha que se dijo que se iba a terminar. Por una necesidad de capitalismo local. Tienen que terminar Vaca Muerta y el oleoducto sí o sí. Y lo van a terminar. Y como eso, muchas otras cosas ligadas a los recursos naturales. O sea, la salida de esto, el futuro, es un futuro más primarizado que lo que está ahora.
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