Amnistía Internacional acusa a los kurdos de cometer crímenes de guerra

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Amnistía Internacional ha llevado a cabo una investigación sobre la situación de los yihadistas detenidos en el norte de Siria. La secretaria general del organismo, Agnès Callamard, asegura que los kurdos son responsables de “crímenes de guerra” contra los miles de prisioneros.

En un informe “Injusticia, tortura y muertes bajo detención en el noreste de Siria” publicado el 17 de abril, Amnistía Internacional denuncia abusos generalizados cometidos en una treintena de centros de detención, así como en campos donde los kurdos recluyen a 56.000 personas, entre ellas mujeres y niños, en su mayoría procedentes de Irak y Siria.

Se sospecha que pertenecieron al Califato Islámico y malviven en las cárceles de Siria en condiciones indignas bajo la vigilancia de las fuerzas kurdas.

Según Amnistía Internacional los kurdos no son pacificadores, ni mucho menos. Alrededor de 56.000 personas han sido detenidas arbitrariamente en Siria por las “Unidades de Defensa del Pueblo” kurdas durante cinco años. La mayoría fueron encarcelados después de la Batalla de Baghouz de 2019, que marcó el fin del Califato Islámico.

Algunos de los presos padecen condiciones de reclusión inhumanas, actos de tortura e incluso asesinatos. Algunos de ellos, en realidad, no son miembros del Califato Islámico, sino que, por el contrario, son víctimas de los yihadistas, detenidos al mismo tiempo que ellos. La gran mayoría de los detenidos son niños (30.000) y mujeres (14.500).

Amnistía Internacional denuncia la responsabilidad de Estados Unidos en este sistema de detención que ayudó a crear, que financia y que sigue supervisando. “Dieron cientos de millones de dólares a las FDS [kurdos] y a sus fuerzas afiliadas. Entrevistan periódicamente a personas detenidas en el sistema. Han renovado y construido nuevos centros de detención y los visitan con frecuencia”, señala Nicolette Waldman, autora de la investigación.

27 prisiones y dos campos de reclusión

El sistema de reclusión establecido por los kurdos en Siria se compone de 27 prisiones y dos grandes campos de reclusión, Al Hol y Roj. En las prisiones la mayoría son hombres y en los campos la mayoría son mujeres. Cuando los niños encarcelados en los campos cumplen 11 ó 12 años, son separados a la fuerza de sus madres y trasladados a prisiones.

En las cárceles kurdas se cometen las peores violaciones de los derechos. “Lo que descubrimos es que las personas en los centros de reclusión son sometidas a torturas sistemáticas y encerradas en condiciones extremadamente inhumanas. Están muriendo a centenares, muertes evitables, a causa de estas condiciones”, denuncia Waldman.

Uno los detenidos relató las sesiones de tortura: “No hubo día ni hora específica, ni método de tortura establecido. Lo peor fue cuando entraron al cuarto con tubos de plástico, tubos de acero, cables y nos golpearon por todos lados. Cada 15 días nos sacaban al patio, completamente desnudos. Los guardias violaron a la gente con un palo”.

Mujeres yazidíes recluídas

La mayoría de las mujeres y los niños están detenidos en los campos de Al Hol y Roj. Viven allí en condiciones insalubres, sin suficiente acceso a alimentos, agua y atención médica. Las mujeres son atacadas por detenidos afiliados al Califato Islámico. Según el informe, los carceleros kurdos se dedican a la explotación sexual.

Algunas de las mujeres, incluidas las yazidíes, fueron víctimas de la trata de personas organizada por el Califato Islámico, en casas reservadas para mujeres o durante matrimonios forzados. Algunos niños fueron obligados a luchar por el Califato Islámico. No se ha puesto en marcha ningún sistema para identificar a estas víctimas entre los detenidos.

Durante sus estancias en la zona de Siria que controlan los kurdos, Waldman se encontró con soldados estadounidenses implicados en el sistema de detención: “Vi soldados delante de un centro de detención, en un Humvee con una bandera estadounidense. Fui allí y documenté cinco casos de tortura, uno de los cuales había ocurrido la semana anterior. Descubrimos cuán involucrados están y su probable conocimiento de la situación. Deben aceptar una mayor responsabilidad, porque desempeñaron un papel clave en el establecimiento de este sistema. Queremos que pongan fin de inmediato a las condiciones que están provocando muertes masivas”.

Los presos confirman haber visto soldados estadounidenses dentro de los centros de reclusión.

Para la organización de derechos humanos, el comportamiento de los carceleros viola el derecho internacional. “Amnistía Internacional ha llegado a la conclusión de que las autoridades autónomas [kurdoa] cometieron crímenes de guerra de tortura y tratos crueles, y es probable que hayan cometido el crimen de guerra de asesinato en centros de reclusión”, afirma Waldman. Por su parte, Estados Unidos jugó un papel clave en el establecimiento y mantenimiento del sistema de reclusión. También cometieron violaciones del derecho internacional.

La mayoría de los detenidos son sirios e irakíes, pero representan un total de 74 nacionalidades diferentes. Muchos países occidentales se muestran reacios a repatriarlos por miedo a que destapen el papel de los gobiernos europeos en la promoción del yihadismo.

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