La OTAN planea crear un centro de intoxicación mediática en Ucrania

Fuente: https://mpr21.info/la-otan-planea-crear-un-centro-de-intoxicacion-mediatica-en-ucrania/  

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La Osint (Open Source Intelligence) se refiere a la información obtenida por las grandes potencias de fuentes abiertas, es decir, aquella que no se oculta sino que está disponible para cualquier que pueda captarla, ordenarla en bases de datos y procesarla.

Los orígenes de la Osint se remontan a la Segunda Guerra Mundial. Roosevelt creó el Foreign Broadcast Monitoring Service (FBMS), cuya misión era escuchar, transcribir y analizar los programas de propaganda diseñados y emitidos por Japón. Desarrollado tras el ataque a Pearl Harbor, el programa se convirtió en el Servicio de Inteligencia de Transmisiones Extranjeras, que iba a quedar bajo la autoridad de la CIA.

Paralelamente, en 1939 los británicos encargaron a la BBC la creación de un servicio destinado a examinar la prensa escrita y las emisiones de radio para elaborar Digests of Foreign Broadcasts, que se convirtió en el Summary of World Broadcasts (SWB) y luego en el BBC Monitoring.

La Guerra Fría reforzó esta técnica de obtención de información, convirtiéndola rápidamente en un elemento importante de la inteligencia, e incluso en su principal fuente de información, incluso sobre las capacidades e intenciones políticas del enemigo.

Sin embargo, el término Osint no apareció hasta la década de los ochenta, cuando se reformaron los servicios de inteligencia estadounidenses para adaptarse a las nuevas necesidades de información, especialmente en lo que respecta a las tácticas en el campo de batalla. La ley se aprobó en 1992 y dos años después, la CIA creó el Programa Comunitario de Código Abierto y la Oficina del Programa Comunitario de Código Abierto (COSPO).

Los atentados del 11 de septiembre impulsaron la Osint. En 2005 la Ley de Reforma de los Servicios de Inteligencia y Prevención del Terrorismo creó el Centro de Fuentes Abiertas (OSC) para filtrar, transcribir, traducir, interpretar y archivar noticias e información procedente de todo tipo de medios: periódicos, sitios web, libros, conferencias… A partir de entonces, además de recabar información había que difundirla.

Como se comprobó durante la pandemia, las actuales campañas contra la desinformación en las redes sociales, la paranoia por los bulos y las noticias falsas, son consecuencia de las técnicas militares de filtrado de la información. Se trata del uso civil de un instrumento de guerra.

Sólo las grandes potencias son capaces de almacenar y procesar las grandes bases de datos que se necesitan para una guerra, como la de Ucrania. Cuando se manejan grandes volúmenes de información es necesario separar el grano de la paja y lo verosímil de lo engañoso. La inteligencia artificial clasifica la información obtenida y le da coherencia interna.

Es la OTAN y, especialmente, el espionaje británico, quien suministra al ejército ucraniano y a los medios de todo el mundo la información Osint que necesitan, posteriormente reproducida por miles de canales, tanto de grandes cadenas como de ONG y pequeñas cuentas en las redes sociales. Londres fabrica la información sobre la Guerra de Ucrania y la proyecta por todos los canales posibles, al tiempo que frena la circulación de los mensajes contraproducentes y los desacredita como “noticias falsas”.

No obstante, la OTAN quiere ceder esa tarea a los propios ucranianos. Por medio del antiguo viceministro ucraniano de “Política de Información”, Dmitro Zolotujin, ha creado un Centro de Excelencia Osint en colaboración con la Universidad Mohyla de Kiev y oligarcas del sector privado.

El planteamiento es el mismo que el de otros “centros de excelencia” que la OTAN está creando en Europa oriental, como el de Tallin sobre ciberdefensa, el de Riga sobre comunicación estratégica, el de Vilnius sobre seguridad energética o el de Helsinki sobre la lucha contra las amenazas híbridas.

Ahora hemos soportado a los becarios en las tertulias, pero pronto el Báltico y el este de Europa adiestrarán a los futuros expertos en las nuevas campaña de intoxicación de masas. La pandemia y la Guerra de Ucrania están siendo los primeros campos de pruebas.

 

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