Fuente: Civio 28.03.23
Hola.
Si hace tiempo que nos lees, lo sabes: la compra de nuevos medicamentos para el sistema público de salud es como un agujero negro. Una región donde los poderes que actúan son tan intensos que ni la luz puede escapar de ellos. Aunque la ley obliga a que todos los contratos públicos sean transparentes, en la sanidad pública la realidad es bien distinta.
¿Cómo financia la sanidad pública tratamientos que cada vez son más caros? ¿Cómo se negocian estas cantidades, cuyos importes por paciente cada vez alcanzan cifras más desorbitadas? Pues en secreto. En negociaciones opacas entre el Ministerio de Sanidad y los laboratorios.
A partir de 2017, desde Civio empezamos a buscar entre miles de contratos públicos los precios reales de vacunas, del fármaco Sovaldi o de las terapias CAR-T. Y desde 2019 pedimos al Ministerio de Sanidad, incluso personándonos en tres juicios diferentes contra el Gobierno y dos laboratorios, que el dinero público que se destina a la compra de cada nuevo medicamento deje de ser un auténtico misterio, un agujero negro donde literalmente sea imposible que entre la luz.
Y es mucho lo que hemos logrado y aprendido en los últimos cuatro años.
Lo primero, hemos conseguido un hito clave que tiene a Sanidad y a dos grandes empresas de uñas. Y es haber logrado que el Consejo de Transparencia cambiase de postura en 2020, a raíz de un reclamación de Civio, y que ahora resuelva a favor de cualquiera que solicite el precio real de los medicamentos y sus condiciones de financiación. No es poco.
En segundo lugar, nos hemos enfrentado a una buena batería de triquiñuelas y artimañas de Sanidad y de estos laboratorios para tratar de mantener esa información en secreto, así que vamos a compartirlas con todo el mundo. Aquí te contamos cinco de ellas. Desde alegar que toda, toda la información del proceso es secreta a decir, sin ninguna prueba, que, si todos conociéramos el valor real de los medicamentos, los precios subirían. O tratar de desacreditar al solicitante de información -a Civio- con acusaciones surrealistas como ser «antisistema». O incluso tratar de cambiar la Ley del Medicamento por lo bajini.
Pero hoy vamos a ir más allá.
Puesto que estamos batallando en tres juicios, hoy abrimos toda la documentación de los tres procedimientos, y de los que vengan: las cronologías detalladas, las solicitudes de acceso, las reclamaciones ante el Consejo de Transparencia y otros documentos y escritos de nuestra pelea en los tribunales por el derecho a saber.
Nuestros juicios, en detalle >>
No solo queremos que estas triquiñuelas salgan a la luz. También facilitar que otras organizaciones y campañas que están siguiendo la estela del coste real de los medicamentos por la vía de la transparencia, como esta de No es sano, puedan beneficiarse de lo que ya hemos avanzado, anticipar las reacciones del ministerio y de la industria, y mejorar su estrategia procesal con lo que otros hemos aprendido por el camino.
En Civio vamos a seguir adelante, cueste lo que cueste, llegando al Tribunal Supremo si hace falta, para conocer en detalle no sólo el precio, sino también las condiciones de financiación acordadas en secreto por Sanidad y las farmacéuticas. Si cualquier empresa usase esos argumentos para pedir confidencialidad sobre sus contratos con la administración, estaríamos abonando aún más el terreno a la corrupción.
Si tú también quieres poner tu granito de arena, colabora para poder exigir transparencia y lograr que el dinero que pagamos entre todas y todos por estos nuevos medicamentos deje de ser un auténtico misterio.
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