Fuente: https://canarias-semanal.org//art/33949/tanques-marroquies-a-ucrania Máximo Relti Martes, 14 de febrero 2023
«Los movimientos estratégicos que han venido operándose en el norte de África no parecen producto de una mera casualidad»
Recogiendo los datos proporcionados por el magazine alemán NTV, nuestro colaborador Máximo Relti reflexiona en este artículo acerca de cómo el conflicto de Ucrania ha ido extendiendo sus tentáculos hasta hacerlos llegar al mismo norte de África, donde una serie de acontecimientos geoestratégicos, políticos y económicos se han ido produciendo en estos últimos tiempos, sin que una buena parte de los expertos ni de la población en general, se hayan apercibido de ello. Relti advierte en este artículo, el letal peligro que eso puede suponer, y reflexiona sobre las razones de la incapacidad actual para articular un poderoso movimiento «pro paz» que pare las guerras interimperialistas, que solo benefician a los ricos y perjudican a los pueblos, que son los que a la postre terminan pagándolas con su sangre.
Según un reportaje del periodista alemán Kevin Schulte, publicado en el magazine de la misma nacionalidad NTV, Marruecos está entregando al gobierno ucraniano un número considerable de antiguos tanques soviéticos, que formaban parte del pertrechamiento armamentístico de sus Fuerzas Armadas.
De acuerdo a las informaciones aportadas por el citado periodista alemán, el conflicto ucraniano no ha ocupado una preeminencia en las preocupaciones y posicionamientos de los diferentes países africanos. Sin embargo, la mayoría de ellos se han negado a condenar a Rusia por su intervención militar en ese país, manteniendo una clara neutralidad, cuando no simpatía, en relación con la posición rusa en ese conflicto bélico.
Hasta ahora, la mayoría de los observadores políticos habían creído que Marruecos mantenía una postura similar a la de sus vecinos continentales. Parecía, además, avalarlo el hecho de que el Gobierno de Rabat ni siquiera se había prestado a corroborar las resoluciones emitidas por las Naciones Unidas que, simbólicamente, censuraban la intervención rusa en ese país.
No obstante, según el reportero de la publicación alemana NTV, las cosas parecen haber empezado a cambiar. Todos los datos indican que Marruecos es el primer país africano que ha decidido posicionarse en relación con el conflicto ucraniano, comprometiéndose con la entrega de un número de tanques al gobierno de Kiev.
De acuerdo con las informaciones del reportaje de Kevin Schulte, la decisión del envío de tanques marroquíes a Ucrania fue tomada por primera vez en la base de la Fuerza Aérea estadounidense en Ramstein, Renania-Palatinado. En esa reunión solo participaron dos naciones africanas: Marruecos y Túnez. En el reparto de atribuciones, este último país se encargó de aportar la ayuda logística, así como de enviar aviones de transporte a Polonia. Marruecos, por su parte, no solo se comprometió a prestar «ayuda humanitaria» a Ucrania, sino también a enviar un importante contingente de armas pesadas.
Según el reportaje de Schulte, en la reunión citada, altos mandos militares norteamericanos persuadieron a las autoridades marroquíes para que también suministraran a Ucrania un número, en principio no precisado, de tanques de batalla T-22. En el reportaje de la revista alemana se aclara que esos antiguos tanques soviéticos habían sido comprados por Marruecos a Bielorrusia a finales de la década de los 90 del pasado siglo. Años en los que los antiguos bienes soviéticos, tanto militares como científicos, eran vendidos a precios de retales por la nueva clase hegemónica – la misma que hoy detenta el poder en la Federación rusa – que se había hecho con el poder en ese país. De acuerdo con la información del magazine germano NTV, el Ejército marroquí dispone en la actualidad de 300 unidades de este tipo de tanques.
El reportero germano precisa en su artículo que diferentes fuentes indican que los tanques comprometidos por Marruecos alcanzan casi un centenar de unidades. Pero que, sin embargo, 20 de ellos fueron remozados técnicamente en la República Checa por la compañía militar Excalibur Army el pasado mes de diciembre, y enviados directamente desde Chequia al frente de batalla ucraniano, el pasado mes de enero.
Si todo este conjunto de datos llegara a confirmarse, asegura Kevin Schulte– el impacto que tal noticia provocaría en Marruecos sería considerable, pues en ese país norteafricano, a diferencia de lo que sucede en la Unión Europea, la población no tiene una opinión hostil a la intervención militar rusa en Ucrania. Según el periodista alemán, en Marruecos la opinión pública ha sido favorable, hasta ahora, a Rusia, pues se mantiene que «tanto Ucrania como la OTAN fueron las que provocaron el conflicto bélico».
De confirmarse las informaciones proporcionadas por el magazine alemán, podría deducirse que los movimientos estratégicos que se han venido operando en el norte de África, con las sucesivas intervenciones multifrontales de Estados Unidos e Israel en la geopolítica de la zona, así como el brusco giro copernicano experimentado por la política exterior española en relación con la descolonización del Sáhara occidental, no son producto de una mera casualidad. Todos estos movimientos parecen obedecer a la dinámica de una estrategia previamente concertada con una amplia antelación.
El gobierno de la Coalición española se ha plegado miserablemente, sin que sus acompañantes de «izquierdas» se hayan atrevido a decir «esta boca es mía», a los intereses geoestratégicos de Washington sin ni siquiera atender a las graves implicaciones económicas y territoriales que tales cambios implicarán en el inmediato futuro para el Archipiélago canario.
La inconmensurable mansedumbre mostrada por Sánchez ante sus patrones estadounidenses -ya sean estos republicanos de Trump o demócratas de Biden– quedó bien patente en el momento en el que, sin ni siquiera recibir una miserable dádiva de compensación, no solo se prestó a reconocer al gobierno fantoche venezolano que encabezó Juan Guaidó, sino que se ofreció, igualmente, a actuar como portavoz de los intereses de la Administración Trump ante la Unión Europea. El resultado de aquella «brillante gestión diplomática» está a la vista: el ridículo «presidente encargado» de Venezuela terminó esfumándose con un par de centenares de millones de dólares, y España ha sido descalificada ad infinitum por los pueblos latinoamericanos.
La cuestión es que, tal y como ha venido advirtiendo la prudencia de algunos observadores internacionales, el conflicto ucraniano ha ido extendiendo sus tentáculos sobre diferentes áreas geopolíticamente importantes del planeta.
Pese a la importancia que tiene ese inminente peligro, el futuro del conjunto de la humanidad, por diversas debilidades ideológicas, muy propias de la época que vivimos, no se ha logrado poner en marcha un Movimiento pro paz que detenga el ascenso suicida de un feroz guerrerismo que, día tras día, está alimentando la hoguera de una terminal confrontación interimperialista que podría liquidar nuestra presencia como especie sobre la superficie de este planeta.
