Fuente: La Jornada/Ricardo Patiño* 19.04.2020
Pues, el gobierno demócrata
de Estados Unidos hizo exactamente lo contrario: protegió a los criminales (que se auto-filmaron en sus fechorías) e inició una despiadada cacería contra la persona que subió a las redes la evidencia del crimen. En suma, el denunciante es perseguido y los delincuentes condecorados. Ese es el caso de Julian Assange y los militares de Estados Unidos.