Fuente: https://www.jornada.com.mx/2024/02/19/opinion/020a2pol Carlos Fazio 19/02/24
El 8 de febrero a las 1 8 horas del este de Estados Unidos apareció en la red de Tucker Carlson la entrevista que le había hecho en el Kremlin, dos días antes, al presidente de Rusia, Vladimir Putin. Acostumbrado a audiencias de millones de personas, convertido en fenómeno mediático independiente
y antisistema
, así como una de las voces más influyentes de la ultraderecha trumpista, el ex presentador estelar de la cadena Fox News apareció ante la cámara inusualmente nervioso e impreciso, luciendo una corbata azul y amarilla que parecía evocar los colores de Ucrania. Frente a él, Putin, manejando los tiempos con una frialdad pasmosa −a veces mordaz, con sorna, pero siempre preciso, coherente, didáctico, exponiendo hechos y apelando al sentido común−, expuso a su entrevistador a una larga e inesperada clase de historia, repleta de argumentos sobre asuntos geopolíticos y de las relaciones de la Federación Rusa con Estados Unidos y sus socios
del Occidente colectivo.








