Fuente: https://www.portaloaca.com/pensamientolibertario/textosanarquismo/un-nuevo-preguntas-frecuentes-anarquista-una-introduccion-a-la-anarquia-en-el-siglo-xxi/?utm_source=mailpoet&utm_medium=em 31 de agosto de 2023
“A New Anarchist FAQ: An Introduction to Anarchy in the
21st Century” en Raddle. Traducción por when_you_sleep.
Este es un proyecto en curso para crear un mejor “Preguntas Frecuentes” anarquista que no esté empantanado por odas prolijas al mayoritarismo, al obrerismo y otra autoridad. Consideren que la wiki de abajo está muy inacabada y está recibiendo constantes revisiones.
- ¿Qué es la anarquía?
- ¿Qué es la arquía?
- ¿Qué es la autonomía?
- ¿Qué es el apoyo mutuo?
- ¿Qué es la acción directa?
- ¿Qué es la praxis?
- ¿Qué es el izquierdismo y cómo se relaciona a la anarquía?
- ¿Los anarquistas apoyan la libre expresión?
- ¿Son los socialistas libertarios lo mismo que los anarquistas?
- ¿Puede el capitalismo ser anarquista?
- ¿Los anarquistas practican la democracia?
- ¿Qué es el obrerismo?
- ¿Qué es el juego constructivo?
- ¿Qué es el egoísmo y el posobrerismo?
¿Qué es la anarquía?

La anarquía es el rechazo de todas las instituciones y doctrinas que buscan gobernar. Es una vida de autonomía y autodeterminación. La anarquía no es teórica, ni hipotética. No es una esperanza por un futuro imaginado, es ahora. Es una praxis viviente y respirante. Es un camino de rebeldía que creamos para nosotros mismos a pesar del sometimiento.
La anarquía es un esfuerzo para tallar focos de vida libres de la explotación y el sufrimiento. Está activamente trabajando para terminar con las relaciones autoritarias donde sea que existan, y construyendo alternativas no autoritarias. No hay una meta final para la anarquía. No es una forma de vida preescrita para gente imaginaria en un tiempo y lugar imaginarios, sino los experimentos de innumerables generaciones de gente disparatada lejos de estar satisfecha con libertad como se les enseña a ser.
“La anarquía es la cosa que queremos. Es la Hermosa Idea. Es la totalmente impráctica idea de que podemos ser, y debemos insistir en serlo, totalmente libres. De la dominación, por supuesto, pero también de la mundanidad y la moralidad. Es el identificador al súperego de la sociedad, a sus vergonzosas humillaciones que infunden el miedo y a sus limitaciones autoinflingidas.
La anarquía es un acto de fe—un salto a lo desconocido—y una proposición totalmente sobria. Es una explosión y las simples cosas que hacemos inconscientemente. Es algo que depreda a la civilización, y que no puede ser domado por ciudades, gobiernos, intercambios o políticas.
La anarquía es anarquía. Es tanto organización (junto a líneas completamente diferentes a las otras que actualmente existen a nivel amplio), como caos. Es que cada uno de nosotros tenga la habilidad de determinar nuestras propias vidas y las formas en las que nos relacionamos con otros, desde nuestras relaciones más íntimas a las más lejanas. La anarquía es imposible y es esa misma imposibilidad la que la hace deseable. Tan deseable como el eventual amante o el agua al final de una larga excursión. Tan imposible como la independencia, la autonomía, y la colaboración entre iguales.
¡Larga vida a la anarquía!”
-anónimo (de Pistols Drawn)
¿Qué es la arquía?
La definición en el diccionario de “arquía” es cualquier cuerpo de oficiales autoritarios organizados en rangos anidados. Ya sea una monarquía, una oligarquía, una república, un estado feudal o cualquier otra sociedad jerárquica.
Mientras la anarquía es la oposición a la jerarquía social y a la dominación, la arquía es la encarnación total de esas cosas. Mientras la anarquía llama a la ausencia de gobernantes, la arquía depende de la mayoría de una población sirviendo y obedeciendo a una minoría de gobernantes. A veces a algunos gobernantes (p. ej. las monarquías), y a veces a varios (p. ej. socialdemocracias).
Las jerarquías existen para que los gobernantes mantengan su poder y control social sobre la población. Este control es mantenido con violenta fuerza por autoridades designadas por los gobernantes: el ejército, la guardia nacional, la policía, las cortes, las prisiones, los trabajadores sociales, los medios, los recolectores de impuestos, etc.
No toda la orientación dada por una persona a otra constituye una jerarquía. El elegir aceptar las experiencias de un especialista en su artesanía innecesariamente crea una jerarquía o lo vuelve tu gobernante. Un techador colocando tu techo o un chef cocinando tu comida innecesariamente será tu superior en una jerarquía simplemente porque te están proveyendo de un servicio avaluado.
Similarmente, un individuo que usa la fuerza para dar un golpe al sistema de autoridad que lo oprime no convierte al individuo en una autoridad.
La autoridad no es simplemente un instancia aislada del uso de la fuerza, sino una persistente relación social entre dos partes. Es una relación donde una parte tiene el derecho socialmente legitimizado a comandar, y la otra parte tiene la obligación correspondiente a obedecer.
El destruir la arquía donde la veas no crea arquía, crea anarquía.
¿Qué es la autonomía?
De sub.media
La autonomía es uno de los más importantes de todos los principios anarquistas, y una piedra angular para entender la filosofía anarquista más extensamente. Así que, ¿Qué es exactamente?
Bueno… básicamente, es libertad. Pero más que eso, es particularmente un tipo de libertad anarquista… la libertad de tomar decisiones, y luego exteriorizar esas decisiones sin pedirle permiso a un poder superior.
En algunas formas, la autonomía es similar a la libertad, un concepto político que se remonta a la llamada “Era de la Ilustración” de Europa en el siglo XVIII. En aquellos días, la libertad era una nueva idea radical que buscaba poner límites en el poder absoluto de reyes y reinas. Sus promotores tempranos argumentaban que los seres humanos poseían ciertos derechos inalienables, concedidos a ellos por Dios, los cuales los gobernantes debían respetar. Esta idea obviamente era muy popular, y así pronto se convirtió en el grito de guerra de las revoluciones francesa y estadounidense, lo que ayudó a derrocar al feudalismo y al ujier en la era de la democracia liberal.
A lo largo de los siglos, incontables astutos, y no tan astutos pensadores políticos, desde Voltaire a Thomas Jefferson, a Alex Jones y Glenn Beck han declarado a la libertad como un derecho humano universal. Pero decir que este principio no ha sido aplicado universalmente sería una asquerosa subestimación. Esto es porque desde sus mismos orígenes, el concepto de libertad ha existido dentro de un marco de conquista europea global, un proceso facilitado por el colonialismo, la esclavitud y el genocidio. Incluso hoy, el lenguaje de la libertad todavía se usa para movilizar el apoyo de la gente para guerras imperialistas. ¿Recuerdas cuando el Gobierno de los Estados Unidos declaró que estaban llevando la libertad a Irak?
Las raíces de esta contradicción yacen en el hecho de que la libertad siempre ha sido atada a la existencia de los Estados, y la categoría legal asociada de ciudadanos. A menudo esto es descrito como un contrato social. A cambio de obediencia a la autoridad estatal, se les otorgan derechos y libertades a los ciudadanos, tales como la libertad de expresión, la libertad de asociación, y el derecho a buscar la felicidad o a portar armas. Los no ciudadanos, o ciudadanos de otros Estados no son incluidos en este contrato. E incluso poniendo de lado el problema de que quién consigue ser considerado ciudadano, tal y como cualquier cosa que te es dada, los derechos también pueden ser quitados. Al final del día, son los políticos y las cortes quienes pueden decidir que derechos se te permiten ejercitar en cualquier momento dado.
La autonomía, por otro lado, no yace en un marco de derechos basado en el Estado. En lugar de concentrar el poder y la toma de decisiones en las cimas de las jerarquías sociales y políticas, la autonomía empieza al nivel del individuo, y escala. Si eres un pensador visual, puede ser de ayuda el imaginarlo como un tipo de pirámide invertida. Como el campo de la autonomía crece para incluir a más y más gente, nos pasamos de hablar de una autonomía individual a una autonomía colectiva – el poder de grupos de personas para tomar decisiones colectivas sobre temas que les afectan directamente.
Las autonomías individual y colectiva son indivisibles bajo el anarquismo. No puedes tener una sin la otra. Los colectivos autónomos están hechos de individuos autónomos, todos quienes han tomado la decisión de trabajar juntos para perseguir sus intereses comunes. A menos de que vivas en una cabaña en el bosque, resulta difícil ejercitar la autonomía individual fuera de un colectivo, primero que nada porque aquellos en el poder vuelven difícil el salir impune, y segundo porque los seres humanos son criaturas inherentemente sociales.
Construir autonomía colectiva es de lo que se trata el anarquismo. Ya sea si esto asume la forma de un colectivo feminista autónomo que se reúne para tomar decisiones acerca de como combatir al patriarcado, o asambleas vecinales que se reúnen para combatir la gentrificación… o incluso los millones de kurdos en Rojava quienes están construyendo estructuras sociales que son autónomas al Estado sirio. Aunque estos sean unos cuantos ejemplos, la cosa que los conecta a todos es una persecución compartida por mayor autonomía colectiva.
Y eso es algo que todos deberíamos estar esforzándonos por conseguir… porque al final del día… ¿realmente necesitas a alguien en autoridad diciéndote lo que puedes o no hacer?
¿Qué es el apoyo mutuo?
De sub.media
El apoyo mutuo es un factor guiante detrás de la práctica anarquista, y un marco esencial para entender las visiones anarquistas sobre la organización social de manera más amplia. Así que, ¿Qué es exactamente?
Bueno… en su forma más simple, el apoyo mutuo es la motivación en juego de cualquier momento en el que dos o más personas trabajan juntas para resolver un problema por el beneficio compartido de todos aquellos involucrados. En otras palabras, significa cooperación en aras del bien común.
Entendido de esta manera, el apoyo mutuo obviamente no es una idea nueva, ni es exclusiva a los anarquistas. De hecho, las sociedades humanas más tempranas practicaban el apoyo mutuo como un medio de supervivencia, y a día de hoy hay incontables ejemplos de su lógica dentro de los reinos vegetal y animal.
Para entender la adopción específica del apoyo mutuo por los anarquistas, tenemos que volvernos 100 años atrás, a los escritos del famoso anarquista ruso Piotr Kropotkin, quien además de lucir una de las barbas más prolíficas de todos los tiempos, por casualidad también resultó ser un consumado zoólogo y biólogo evolucionario.
En los tiempo de Kropotkin, el campo de la biología evolucionaria estaba fuertemente dominado por las ideas de los darwinistas sociales como Thomas H. Huxley. Al aplicar despiadadamente el dictamen de Charles Darwin “supervivencia del más fuerte” a las sociedades humanas, Huxley y sus compañeros concluyeron que las jerarquías sociales existentes eran resultado de la selección natural, o de la competición entre individuos libres y soberanos, y eran entonces un factor importante e inevitable en la evolución humana.
No tan sorprendentemente, estas ideas eran particularmente populares entre hombres blancos ricos y políticamente poderosos, ya que les ofrecía una justificación pseudocientífica para sus posiciones privilegiadas en la sociedad, además de proveerles una racionalización racista de la colonización europea en Asia, África y las Américas.
Kropotkin atacó esta sabiduría convencional, cuando en 1902 publicó un libro llamado El apoyo mutuo: Un factor de la evolución, en el cual probó que había algo más allá en empleo que la competición ciega e individual en la evolución.
Kropotkin demostró que las especies que podían trabajar juntas, o quienes formaban convenios simbióticos con otras especies basados en el beneficio mutuo, podían adaptarse mejor a su entorno, y se les otorgaba un filo competitivo por encima de aquellas especies que no lo hacían, o no podían.
En las sociedades metropolitanas de hoy en día, la gente es socializada para verse a sí misma como individuos independientes y autosuficientes, equipados con nuestros propios condominios, cuentas bancarias, teléfonos inteligentes y perfiles de Facebook. Sin embargo, esta noción de independencia humana es un mito, promovido por corporaciones y Estados buscando moldearnos en consumidores atomizados y fácilmente controlados, fundamentalmente interesados con nuestro propio bienestar a corto plazo. La verdad es que los seres humanos son increíblemente interdependientes. De hecho, esa es la clave para nuestro triunfo como especie.
¿Te has tomado el tiempo para pensar de donde viene la comida que comes o las ropas que vistes? ¿Qué tal acerca del trabajo y los materiales que se llevaron a cabo al construir tu casa, o tu auto? Abandonados a nuestra suerte sin las comodidades de la civilización, algunos de entre nosotros sobrevivirían una semana, y ni hablar de poder producir una fracción de la miríada de comodidades que consumimos cada día.
Desde las grandes pirámides comisionadas por los faraones del antiguo Egipto, a la producción y cadenas de suministro que abarcan todo el mundo hoy en día, la función principal de la clase dominante siempre ha sido el organizar la actividad humana. Y en todos los lugares donde lo han hecho, han dependido de la coerción. Bajo el capitalismo, esta actividad es organizada a través de o bien violencia directa, o la amenaza internalizada de la hambruna creada por un sistema basado en la tenencia privada de los bienes y la propiedad.
El capitalismo puede inspirar a la gente a hacer varias cosas increíbles, siempre que haya un lucro que hacer. Pero en la ausencia de un motivo de lucro, hay muchas tareas importantes que no hará y no puede cumplir jamás, desde erradicar la pobreza global y prevenir enfermedades, a remover los tóxicos plásticos de los océanos. Con el fin de llevar a cabo estas tareas monumentales, necesitamos un cambio en el ethos que nos conecta el uno al otro, y al mundo que nos sostiene. Un cambio de rumbo del capitalismo… hacia el apoyo mutuo.
Vislumbres del ideal anarquista del apoyo mutuo pueden ser vistas a día de hoy en comunidades de desarrolladores del software de código abierto, y en programadores ideando nuevas formas de encriptación para frustrar la vigilancia de la NSA. Pueden ser vistas en vecindarios reuniéndose para organizar un colectivo de guardería, y en el período posterior a desastres como los huracanes Katrina y Sandy, al estar en la ausencia de instituciones estatales, perfectos extraños se apresuran al auxilio de unos a otros. Puede ser vista en la valentía de los cascos blancos de Aleppo, quienes arriesgan sus vidas para sacar a niños de las ruinas colapsadas de edificios alcanzados por las bombas de barril de Assad.
Imagina un mundo en el que la actividad humana no es organizada en el fundamento de la competición incesante sobre recursos artificialmente escasos, sino en el afán de la satisfacción de necesidades humanas… y entenderás una visión del mundo que los anarquistas buscan crear.
¿Qué es la acción directa?
De sub.media
Acción directa es una frase que se tira mucho por ahí al describir tácticas anarquistas y con razón, ya que es una de las principales formas con la que los anarquistas ponen sus valores de autonomía, autoorganización y apoyo directo en práctica.
Así que, ¿Qué es exactamente?
Bueno, una definición simple sería decir que la acción directa es una acción política dirigida a conseguir una meta u objetivo en específico, y la cual es llevada a cabo directamente por un individuo o grupo de personas, sin apelar a una autoridad superior por legitimidad.
Ahora, esta amplia definición cubre a un rango gigante de actividades: todo desde caídas de pancartas, a escapes de prisión. Y no nos dice necesariamente mucho acerca de las políticas de aquellos llevando la acción en sí mismo a cabo.
Las acciones directas son tácticas, lo que significa que son un tipo específico de acción que puede ser usado para implementar una amplia variedad de estrategias.
Aunque no tienes que ser un anarquista para poder llevar a cabo, o participar en una acción directa, el concepto en sí mismo sostiene una especial importancia para los anarquistas y otros radicales antiautoritarios.
Y eso es porque acciones directas bien calculadas y bien ejecutadas pueden ofrecer un escape del ciclo interminable de políticas representacionales, que asumen su forma más álgida en el Estado.
El filósofo alemán Max Weber definió famosamente al Estado como un monopolio en el uso legítimo de la fuerza física. En otras palabras, la violencia estatal, ya sea despachada por el lápiz de un político, el mazo de un juez, o la porra de un policía, es una manifestación de legítima fuerza, y un duro recordatorio del rol del Estado como el mediador definitivo del conflicto social.
Este mandato incluye todo desde disputas interpersonales que terminan resueltas en las cortes, o alguien al llamar a la policía, hasta llegar a los conflictos más amplios que brotan de la inequidad del sistema y los desbalances estructurales inherentes al capitalismo, el colonialismo, la supremacía blanca, el capacitismo y el heteropatriarcado.
En su forma más pura, la acción directa no apunta a persuadir a aquellos en el poder, sino que busca fomentar y afirmar el poder de aquellos llevando a cabo las acciones en sí mismas.
Cuando la gente lleva a cabo una acción directa, están rechazando el monopolio del Estado en la toma de decisiones, y afirmando su propia autonomía mientras proveen un ejemplo para que otros sigan.
Para tomar solo un ejemplo, en lugar de peticionarle a un político que vote en contra de la construcción de un oleoducto o apelando a cuerpos regulatorios controlados por el Estado, aquellos que favorecen una aproximación de acción directa a menudo encuentran más efectivo y empoderante el ir afuera y bloquear directamente el oleoducto ellos mismos.
La acción directa también puede ser usada para preparar redes de apoyo mutuo.
Hace cincuenta años, las Panteras Negras se enfrentaron con la realidad de la pobreza generalizada y falta de provisión de servicios para sus comunidades. En lugar de apelar al Gobierno, o a la consciencia de la América blanca, las Panteras se pusieron a trabajar organizando sus propias clínicas de salud y programas de desayuno para los hambrientos niños escolares.
Estos programas eran parte de una estrategia más amplia de construir poder comunitario, y fueron identificados por el Director del FBI Edgar Hoover como una amenaza principal para la seguridad nacional – a lo que se refería como una amenaza para el Estado, y a la estructura de poder supremacista blanca que lo sostiene.
Ya que transgreden los canales oficiales de las políticas, y a menudo la ley en sí misma, las campañas de acción directa se encuentran inevitablemente con toda una caja de herramientas de tácticas dirigidas a traer conflictos de vuelta al control estatal. Estas pueden ser desde organizaciones sin ánimo de lucro de parte del Estado y financiadas por empresas que se infiltran y cooptan en movimientos de base para poder forzar un cambio en tácticas o en liderazgo, hasta llegar a represión extrema, como la encarcelación masiva y asesinatos específicos llevados a cabo por fuerzas estatales y paramilitares.
Aunque como un concepto, la acción directa probablemente ha existido por tanto tiempo como han habido jerarquías con las que rebelarse, el término en sí mismo data al movimiento temprano de trabajadores, donde fue usado para describir a prácticas militantes tales como el sabotaje industrial y las huelgas salvajes.
Al bloquear físicamente la producción, y defendiéndose colectivamente a sí mismos de la represión, los trabajadores pudieron forzar concesiones de parte de sus maestros capitalistas.
El uso general de estas tácticas eventualmente llevó a la legalización de las organizaciones sindicales y a una completa horda de concesiones dirigidas a brindar de vuelta al control estatal a las secciones más radicales del movimiento de los trabajadores.
Uno de los más significantes auges de la acción directa en la historia moderna tuvo lugar en la Italia de 1970. Enfrentados a una crisis de vivienda provocada por la reestructuración capitalista de la economía, miles de migrantes desde el sur del país okuparon bloques apartamentales, y físicamente defendieron a las familias del desahucio.
Cuando el Gobierno intentó subir las tarifas de tránsito y los costos de energía, decenas de miles de personas se rehusaron a pagar los precios aumentados, en acciones colectivas conocidas como autoreducciones.
Italia fue, en ese tiempo, una país profundamente religioso, conservador y rígidamente patriarcal, en el cual el aborto y el divorcio eran ilegales.
Dentro de este contexto, un intrépido movimiento de liberalización de las mujeres organizó una red clandestina de clínicas, con doctores y enfermeras proveyendo cientos de voluntarios, con las habilidades necesarias para realizar abortos limpios y seguros.
Esta aproximación de acción directa para la salud reproductiva fue complementada por demostraciones masivas y regulares llamando a la legalización del aborto, las cuales fueron últimamente victoriosas.
En nuestra época actual de la polarización en aumento, incertidumbre e inseguridad, la acción directa ofrece un camino para nuestros movimientos para construir y afirmar nuestro poder colectivo, tanto para defender nuestras comunidades, y para luchar por el mundo en el que queremos vivir.
¿Qué es la praxis?
Una pregunta que tendrás frecuentemente cuando intentes discutir anarquismo con gente nueva a estas ideas es, ¿Qué tan práctica es la anarquía? ¿Cómo puede ser demostrada la anarquía a mí de una manera en la que pueda apreciar su efectividad? Nada es más efectivo en demostrar el valor de la anarquía que la praxis.
La praxis es cualquier acción que encarna y realiza la teoría anarquista. Es un método valorable por crear sensibilización de las causas anarquistas y en construir solidaridad en tu comunidad.
Ejemplos de praxis:
- Establecer una sección de Food Not Bombs en tu comunidad.
- Okupar un edificio desocupado para proveer un lugar seguro para las personas sin hogar.
- Jardinería de guerrila.
- Establecer una tienda gratis donde la gente pueda tomar libremente lo que necesiten.
- Construir jardínes comunitarios para alimentar y captar a la comunidad.
- Preparar comidas gratis para la gente sin hogar.
- Ayudar a la gente a instalar un sistema operativo libre y de código abierto y el navegador Tor para privacidad y seguridad.
- Convertir viejos autos de motor de combustión a eléctricos.
- Hacer un zine/informacional acerca de un tema importante.
- Crear memes desde una perspectiva anarquista.
- Asesinar dictadores.
- Crear una zona autónoma.
- Una organización de seguridad pública horizontal comunitaria para reemplazar a la policía.
- Enseñar a la gente a como robar de los ricos efectivamente.
- Crear un espacio en línea donde los anarquistas puedan compartir sus ideas unos con los otros.
- Auxiliar en defender la soberanía indígena.
- Ser apoyo para para las personas sufriendo de adicciones, y ayudándoles a estar en un camino saludable en el que quieren estar.
- Detener que los oleoductos sean construidos.
- Investigar la historia, y apreciar el contexto acerca de como llegaste a ser.
- Identificar los privilegios causados por ser parte de una granja de trabajo supremacista blanca, heteronormativa, patriarcal, transfóbica y clasista controlada por el Estado.
- Llamar la atención de comportamiendo problemático en camaradas, sin importar su estatus en el grupo.
- Enseñar a la gente a ser autosuficiente al jardinear, forrajear y reutilizar.
- Empezar un colectivo ciclista anarquista para reparar las bicicletas de la gente.
- Hacer música anarquista que hace brillar una luz en las injusticias del mundo.
- Establecer una “red mallada” para compartir datos con gente de una manera decentralizada.
¿Qué es el izquierdismo y cómo se relaciona a la anarquía?
La división izquierda versus derecha viene de que lado del rey francés los miembros del parlamento états généraux se sentaban antes de la Revolución francesa – aquellos en la derecha eran monarquistas, aquellos en la izquierda estaban a favor de la república. En otras palabras, ambos estaban a favor del Estado. Obviamente esto fue hace mucho tiempo, y mucha gente no está realmente consciente de aquello, pero eso no quiere decir que no sea relevante, ya que todavía persiste la asunción subyacente que todo el espectro de políticas concebibles necesitan ser promulgadas a través del Estado. Eso todavía es cierto, ya sean socialdemócratas, liberales, leninistas, verdes, lo que sea.
Una de las cosas más importantes que los anarquistas necesitan entender es que cambios políticos que valgan la pena solo pueden ser obtenidos a través de la acción directa por fuera de y contra el Estado, la democracia parlamentarista y las varias estructuras de colaboración de clase, y eso significa cuestionar la cuestión de izquierda versus derecha.
Los anarquistas no son izquierdistas, no nos ponemos en el lado de la monarquía ni la república, ni dictadura ni democracia, capitalismo de libre mercado ni capitalismo estatal. Estamos a favor de la anarquía. La absoluta negación de toda autoridad, incluyendo ambas alas del Gobierno.
¿Los anarquistas apoyan la libre expresión?
De Wikipedia.org
“Doble lenguaje es un lenguaje que oscurece, disfraza, distorsiona, o reversa deliberadamente el significado de las palabras. El doble lenguaje puede tomar la forma de eufemismos (p. ej. ‘reducción de personal’ para las cesantías, ‘servir al objetivo’ para bombardear), en cuyo caso se refiere principalmente a hacer la verdad sonar más tolerable. También se puede referir a ambigüedad intencional en el lenguaje o a inversiones propias del significado. En tales casos, el doble lenguaje disfraza la naturaleza de la verdad.”
El concepto de “libre expresión” está fundamentalmente defectuoso, y ha sido usado históricamente para convencer a los ciudadanos de los Estados de que tienen “derechos” que les son donados por el Estado supuestamente benevolente y generoso.
En realidad, el Estado no te da derechos; los controla, los limita, te los niega. Utiliza su monopolio de violencia para censurar, acosar, espiar, aprisionar y terrorizar a cualquiera que amenace con subvertir su poder.
Cuando una autoridad te concede “libre expresión”, lo que realmente han hecho es llevarse tu derecho a hablar, y luego permitirle a ciertas personas (típicamente la clase social favorecida) decir ciertas cosas bajo ciertas condiciones. No hay nada “libre” sobre esto. Todavía se te prohíbe de expresiones que amenazarían al Estado o a aquellos que empodera. Todavía eres jurídicamente viable por calumniar a gente poderosa que se pueden permitir tantos abogados como sean necesarios para demandarte hacia la bancarrota. Todavía se te golpea a una pulpa sangriente (o peor) por contestarle a un policía. Todavía serás aprisionado, esclavizado y asesinado por el Estado y sus fuerzas de orden por ser de la raza equivocada o el género equivocado o la sexualidad equivocada o la religión equivocada o la clase equivocada y atreverte a resistirte a tus opresores.
La libre expresión es una mentira dicha a nosotros por nuestros gobernantes para convencernos de que necesitamos ser gobernados por ellos.
Los anarquistas están los suficientemente conscientes para darse cuenta de que el Estado no nos otorga ningún tipo de libertad. Toda la existencia del Estado está predicada en tomar la libertad de nosotros para empoderar a la poderosa y rica minoría a la que el Estado existe para servir. Así que como anarquistas; como personas que no quieren ser gobernadas, personas que ven las mentiras descaradas que nuestros gobernantes nos dicen que son, haría poco sentido para nosotros apoyar un concepto inherentemente orwelliano como “libertad de expresión”. Palabras mucho más honestas para este concepto serían “expresión controlada” o “expresión aprobada por el Estado”.
De verdad, cuando el Estado habla acerca de libertad de expresión, están más a menudo hablando acerca de la libertad de ser un intolerante odioso – ya que el fanatismo es en realidad el único tipo de expresión que el Estado hará todo lo posible por defender. El fanatismo le permite al Estado hacer de grupos indeseables chivos expiatorios y así crear divisiones sociales enormes. Si todos están villanizando a los migrantes o a los gays, aquellos grupos servirán como una fina distracción. Asegurándole a nuestros gobernantes y a sus benefactores que puedan vivir para explotarnos otro día mientras concentramos nuestra rabia en cualquiera menos en ellos.
En acorde con el Estado, los supremacistas blancos son libres de incitar el odio contra los no blancos (lo que usualmente ha llevado a asesinatos en masa), pero si alguien fuera a decir que cree que el Presidente de la nación merece ser apuñalado por sus crímenes… Bueno, esa persona sería rápidamente transportada a prisión por expresar una idea tan peligrosa.
Desafortunadamente, algunas personas insisten en usar lenguaje intolerable o de lo contrario opresivo en espacios anarquistas, declarando que la libertad de expresión les permite hacerlo. Ya que hemos establecido que la libertad de expresión no es más que una mentira insípida que nuestros gobernantes nos dicen para poder controlarnos, es importante que rechazemos el lenguaje deshonesto del Estado cuando hablamos de anarquía, y tomemos un largo y duro vistazo a las razones que alguien tendría por aferrarse a las astutas promesas del Estado de “derechos” y “libertades” que simplemente no existen.
La “libertad de expresión” no es un principio anarquista de ninguna manera. Los verdaderos principios anarquistas por supuesto incluyen a la acción directa, el apoyo mutuo, tomar una postura fuerte contra la autoridad en todas sus formas, así como la libertad de asociación. Esto significa que somos libres de asociarnos con quien queramos y libres de evitar asociarnos con gente que construirían estructuras autoritarias para oprimirnos.
Así que hablemos acerca de la gente que entra a espacios anarquistas, dirigen difamaciones y retóricas fanáticas y odiosas hacia nosotros, y luego insisten que aceptemos su abuso porque ellos tienen el derecho sagrado a la libertad de expresión… Estas personas simplemente no tienen ni un entendimiento de la anarquía. Su “derecho a la libertad de expresión” que insisten que respetemos solo se les podría ser garantizado por un Estado con un monopolio en violencia. Si alguien viene a tu espacio y te llama un insulto racial, ninguna institución debería tener el poder de detenerte de mostrarle a esa persona la puerta.
Se requiere una persona increíblemente refugiada para creer que no deberían haber consecuencias por el abuso. Cuando alguien está abusando de ti o de la gente que te preocupa, definitivamente deberías ser libre de adoptar una postura y sacarlos de tu espacio, sin importar cuantas veces la persona grite “libre expresión” mientras te dice que eres inservible (insulto).
La “libertad” de utilizar como chivo expiatorio, demonizar y degradar personas que son diferentes a ti en verdad se posiciona en directa contradicción con la anarquía. Discriminar contra la gente basándose en habilidad, raza, género o sexualidad crea autoridad. Te hace un autoritario. Tu retórica directamente aliena a la gente que pertenecen a los grupos que tú elijes despreciar con disgusto y presentas como menos que humanos. Al usar lenguaje degradante para reprender gente marginada por sus insuficiencias percibidas, estás defendiendo roles sociales normativos, creando clases y subclases y fortaleciendo las estructuras de poder autoritario que directamente oprimen a cualquier persona que pertenece a grupos minoritarios.
Por ejemplo, al usar la palabra “maric*n” como un insulto, efectivamente estás asignando a la gente gay como siendo merecedores de desprecio y burla. Aseguras autoridad por sobre todos quienes no son heterosexuales y vuelves la vida increíblemente difícil para las personas que no cumplen con los estándares normativos que has ayudado a construir para mantener la dominancia social de los heterosexuales.
Los anarquistas pueden y van a escoger no asociarse con gente que declare que tienen el derecho a oprimir a otros. Los anarquistas son antiautoritarios hasta nuestra esencia, y esto significa que no tenemos que lidiar con odiosos fanáticos en nuestros espacios.
¿Son los socialistas libertarios lo mismo que los anarquistas?
Un anarquista por definición se pone en contra de toda autoridad sin excepción, mientras que un socialista por definición es simplemente alguien que siente que los medios de producción deberían ser colectivamente apropiados. Así que el socialismo está estrechamente concentrado en problemas económicos, mientras que la anarquía está explícitamente comprometida con cualquiera y todos los problemas sociales.
Cuando un socialista también se define como un libertario, están indicando que son críticos de los Estados socialistas autoritarios tradicionales que han sido tan prominentes en el mundo (la URSS, China, Corea del Norte, Vietnam, Cuba, Yugoslavia, Zimbabue, etc.).
Pero aunque los socialistas libertarios puedan rechazar los Estados unipartidistas, ello no significa que rechazen a los Estados en su totalidad. Muchos de ellos apoyarán a los Estados democráticos u otras formas democráticas de gobierno. Los anarquistas, por otro lado, rechazan todas las formas de gobierno.
Generalmente alguien que escoge identificarse como un socialista libertario en lugar de un anarquista está realizando una decisión deliberada de usar lenguaje sin compromiso lo que implica que están dispuestos a aceptar ciertas formas de autoridad. Si se opusieran a toda autoridad como lo hacen los anarquistas, probablemente se harían llamar un anarquista.
Hay varias formas de socialismo libertario que promueven a un Estado supuestamente ‘libertario’, mientras que hay otros libertarios socialistas que rechazan la forma del Estado, pero acogen otras formas de autoridad.
Los comunalistas son un famoso ejemplo de socialistas libertarios quienes adoptan varias formas de autoridad incluyendo el mayoritarismo pero paran en seco de apoyar a un Estado en toda regla. Pero la forma de gobierno que ellos sí apoyan bien se asemeja a Estados en una escala más localizada y pequeña.
Aunque algunos anarquistas puede que elijan identificarse como socialistas libertarios en educada compañía, la mayoría de los socialistas libertarios no son anarquistas, así que los anarquistas estarían mejor si evitan el apodo ‘socialista libertario’ ya que realmente lo único que dice acerca de las políticas de una persona es que le gusta la economía socialista pero tiene una aversión a los partidos de vanguardia. La anarquía es muchísimo más que economía.
¿Puede el capitalismo ser anarquista?
“Doble lenguaje es un lenguaje que oscurece, disfraza, distorsiona, o reversa deliberadamente el significado de las palabras. El doble lenguaje puede tomar la forma de eufemismos (p. ej. ‘reducción de personal’ para las cesantías, ‘servir al objetivo’ para bombardear), en cuyo caso se refiere principalmente a hacer la verdad sonar más tolerable. También se puede referir a ambigüedad intencional en el lenguaje o a inversiones propias del significado. En tales casos, el doble lenguaje disfraza la naturaleza de la verdad.” (De Wikipedia.org:)
La frase “anarcocapitalismo” fue acuñada por el nacionalista blanco de extrema derecha Murray Rothbard como una forma de degradar a los anarquistas al apropiarse de terminología anarquista y diluyendo el significado de la anarquía al asociarla con todas las cosas con las que los anarquistas forcejean.
En una de sus piezas sin publicar, Rothbard incluso admitió que “no somos anarquistas, y aquellos que nos llaman anarquistas no están en tierra etimológica firme, y están siendo completamente antihistóricos” porque “todos” los anarquistas tienen “elementos socialistas en sus doctrinas” y “poseen doctrinas económicas socialistas en común”.
El capitalismo es una jerarquía tan brutal como el estatismo y cualquiera que declare que los capitalistas son capaces de ser anarquistas está usando doble lenguaje malicioso para atacar al movimiento anarquista al confundir las definiciones de ‘jerarquía’ y ‘autoridad’. El capitalismo es una perversa autoridad que crea una multitud de opresivas jerarquías totalitarias. No hay forma de hacerlo compatible con la anarquía.
Esos pretendientes “anarco” capitalistas nos harían creer que el capitalismo es “voluntario” cuando en realidad los derechos de propiedad privada solo pueden ser aplicados violentamente; por una autoridad que es lo suficientemente poderosa para gobernar a una sociedad.
Los seguidores de Rothbard declaran oponerse al Estado pero no al capital. En realidad, desean reemplazar al Estado con corporaciones enteramente irreguladas; efectivamente volviendo a las corporaciones en Estados totalitarios que no tiene que responder a nadie.
Por todas las intenciones y propósitos, estos “anarcocapitalistas”, “propietarios” o “voluntaristas” desean revertir al feudalismo y esclavizar totalmente a los trabajadores, sin la molestia de los derechos humanos, leyes laborales o ambientales o cualquier otro control en sus actividades de negocios.
Desean reemplazar las fuerzas policiales y militares del Estado con policías y militares privados que trabajarían directamente para las corporaciones, sin contabilidad del público y con el único propósito de salvaguardar las ganancias y la seguridad personal de los propietarios del capital.
Similarmente se han apropiado de la palabra “libertario” la cual era históricamente sinónimo con “anarquista” (Kropotkin usaba ambas palabras intercambiadamente) y que mantiene su significado original fuera de los EE.UU.
Dentro de los EE.UU., “libertario”, “voluntarista”, “propietario”, “liberal deontológico”, “autarquista”, “paleoconservador”, “minarquista”, “neoconservador”, “teorista de derechos”, “moralista libertario” y “socialconservador” son todas palabras que solo significan “capitalista que no le gusta la contabilidad pública o pagar impuestos” con diferencias muy menores; usualmente relacionándose con como los “derechos” de propiedad privada serán forzados.
Al crear perversiones capitalistas de extrema derecha de cada movimiento anticapitalista, los adinerados triunfan en gran medida en borrar las metas revolucionarias originales de un movimiento y las reemplazan con más del mismo capitalismo, imperialismo, pobreza, genocidio y destrucción ambiental.
El “anarco”capitalismo es un oxímoron y no tiene nada que ver con la anarquía.
¿Los anarquistas practican la democracia?
Este artículo parafrasea partes del ensayo “¿Los anarquistas apoyan la democracia?” por ziq
La democracia es derivada del griego dēmokratía.
demos – la gente + kratia – poder, gobierno.
Significa “ser gobernado por la gente”.
Contrasta esto con la etimología de la palabra anarquía. Del griego anarkhia significando “no tener ningún gobernante”.
Si la definición de la palabra democracia es “gobierno de la gente”, y la definición de la palabra anarquía es “no tener ningún gobernante”, entonces la respuesta a la pregunta “¿Los anarquistas apoyan la democracia?” lógicamente sería no. Los anarquistas están en contra de toda autoridad, incluso a la autoridad impuesta por una mayoría de votantes.
Por supuesto, no siempre es así de simple. Algunos anarquistas sí escogen participar en votaciones electorales, creyendo que la aproximación del “mal menor” vale la pena el viaje a la urna. Pero, esto no es lo mismo que creer que la democracia funciona o de que es una forma de anarquía.
Otros (anarquistas sociales) pueden afirmar que lo que tenemos ahora no es una democracia “real”. La mayoría de los sistemas funcionales de la democracia en el mundo de hoy son ‘representativas’, en las que la gente elige a un individuo para que las represente en el Gobierno. Algunas personas en su lugar abogan por un retorno a la ‘democracia directa’ de la antigua Grecia, donde el intermediario es eliminado y el poder es entregado directamente a los civiles para tomar decisiones al votar directamente en cada política del Gobierno.
En resumen, estas dos formas de democracia son una diferencia entre el gobierno por apoderados políticos o el gobierno por la mayoría del grupo de votantes. Como sea que lo vistas, todos los sistemas democráticos son maneras de gobernar a la gente – algo a lo que todos los anarquistas se oponen por definición.
Pero, más que esto, la democracia nos separa; enfrentando a la mayoría contra la minoría. Muchos de nosotros – incluyéndote – puede que vivamos en una democracia, y puede que encontremos que aquellos fuera de la clase dominante siguen siendo explotados, viviendo en servitud perpetua. Nunca hemos sido concedidos la liberación y libertad que nuestros gobernantes nos prometieron que la democracia nos otorgaría.
Sin embargo, debido a que se nos da la oportunidad de tomar parte en el proceso político por medio de la democracia, somos llevados a creer que tenemos un decir en el gobernar de nuestras vidas. Mientras sigamos creyendo que la urna electoral es la solución a nuestros problemas, nos mantenemos pasivos y alienados, nunca tomando el control de nuestros propios destinos.
La anarquía rechaza esta autoridad de la mayoría sobre la minoría. La anarquía rechaza la autoridad de cualquier grupo sobre cualquier otro grupo. La anarquía se trata de defender la autonomía de cada individuo y desmantelar la autoridad forzada sobre nosotros por actores opresivos.
La democracia en una jerarquía de poder coercitivo. ¿Qué pasa cuando la minoría está en desacuerdo con la mayoría? O son forzados a conformarse, o forzados a irse. La democracia bien promueve o habilita la marginalización de grupos minoritarios mientras pone la responsabilidad sobre ellos para ‘hablar, ser escuchados y votar por el cambio’. “Poder para la gente”, significa “poder para el grupo más poderoso de gente”. Mientras más poder tiene el grupo mayoritario, menos poder tienen los marginados grupos minoritarios.
Finalmente, la democracia interminablemente ha probado a través de la historia que permite la autoridad de brutales jerarquías de poder empezando por su inserción en la antigua Grecia; donde solo los hombres libres dueños de tierras eran permitidos participar en el sistema de la democracia directa. La democracia es responsable de algunas de las peores atrocidades en la historia. Más de las que podríamos listar aquí. Pero, para arañar la superficie:
- Canalizar la riqueza para la clase dominante dejando a billones en la pobreza.
- El Genocidio armenio.
- Las Guerras del Petróleo en EE.UU.
- El Apartheid sudafricano.
- El Apartheid palestino.
- Estados de prisión.
- El Genocidio Nazi democráticamente empoderado.
- El Bombardeo Alfombra por parte de EE.UU. contra Vietnam.
- La esclavitud en EE.UU. (democracia representativa) y en la antigua Grecia (democracia directa).
- y más.
La democracia es una herramienta que mantiene el statu quo capitalista.
Así que, ¿los anarquistas apoyan la democracia?
La anarquía es la oposición a la autoridad. Está tomando una postura contra toda forma de opresión. Es la búsqueda por limitar el sufrimiento y liberar a las personas de aquellos que los gobiernan. La anarquía está en contra de todos los gobernantes, incluyendo a los democráticos. La anarquía y la democracia son incompatibles.
¿Qué es el obrerismo?
El obrerismo es cualquier ideología o visión del mundo que aspire a estructurar la sociedad alrededor del trabajo, el lugar de trabajo y los trabajadores, mientras que falla en criticar estas cosas. A un obrerista le falta la imaginación para ver más allá de una existencia basada en el trabajo, a unos estilos de vida concentrados en el juego constructivo que priorizan el disfrute antes del sacrificio y la ganancia.
¿Qué es el juego constructivo?
Los anarquistas posobreristas buscan una nueva forma de vida basada en el juego constructivo en lugar del trabajo. Rechazan las estancadas ideologías obreristas expuestas por capitalistas y comunistas por igual y en su lugar fomentan la separación con el complejo industrial del trabajo en su totalidad.
Alfredo M. Bonanno:
El juego es caracterizado por un impulso vital que siempre es nuevo, siempre está en movimiento. Al actuar como si estuvieramos jugando, cargamos nuestra acción con este impulso. Nos libramos a nosotros mismos de la muerte. El juego nos hace sentir vivos. Nos da el entusiasmo por la vida. En el otro modelo de actuar hacemos todo como si fuera un deber, como si ‘tuviéramos’ que hacerlo. Es en el entusiasmo nuevo de nunca acabar del juego, todo lo contrario a la alienación y locura del capital, donde podemos identificar el disfrute.
¿Qué es el egoísmo y el posobrerismo?
El egoísmo es la filosofía de Max Stirner así descrita en su trabajo más famoso, El Único y su propiedad y expandida más adelante en Críticas de Stirner. Un filósofo existencialista del siglo XIX, Stirner fue uno de los exponentes más tempranos que se conocen de la anarquía dentro de la Europa industrial. El egoísmo se distingue de ramificaciones obreristas posteriores del anarquismo como el anarcocomunismo y el anarcosindicalismo al abstenerse de glorificar el trabajo, la fábrica y otros constructos sociales explotativos.
El egoísmo enfatiza al individuo y a su única voluntad y rechaza cualquier abstracción (“fantasmas”) y su influencia (“embrujo”) en las acciones, pensamientos, sentimientos, y deseos del individuo (“El Único”). Tal así, el egoísmo se opone al humanismo, al liberalismo, al estatismo, a la moralidad, a la ideología, a la ética de trabajo, a la costumbre social, a la religión, a la tradición y a otras idea fijas que nos son proyectadas por fuerzas exteriores. Stirner plantea que El Único persigue sus propios intereses, sean cuales puedan ser, libre de cualquier reservación nacida de fantasmas.
Como gran parte de las corrientes de anarquía posobrerista, el egoísmo rechaza la idea de la revolución social masiva, viéndola como un tiempo de violencia y agitación impredecible que podría muy fácilmente dar pie a nuevas jerarquías que sirven a nuevos tiranos quienes se apresuran a llenar los vacíos de poder.
En su lugar, los egoístas y otros anarquistas posobreristas favorecen métodos más evolucionarios de hacer anarquía: Un enfoque en experiencias alternativas y experimentos sociales, así como en educación y la demostración de modos radicales de vida que fácilmente pueden crear anarquía en el mundo hoy, en el tiempo y lugar actual, sirviendo a la población actual.
Un montón de anarquistas no creen que es de ninguna manera deseable para los individuos el esperar por un sueño hecho realidad de revolución social antes de que puedan experimentar la anarquía. Los anarquistas posobreristas no tienen ningún escrúpulo sobre celebrar la vida al adherirse totalmente a experiencias alternativas y estilos de vida fuera de lo que es ofrecido dentro del sistema social actual.
Los anarquistas obreristas son rápidos al degradar a los posobreristas tales como egoístas, anticiviles y nihilistas verdes como “estilistas de la vida” por no adherirse a cualquiera sea el programa obrerista que su ramificación de socialismo sin Estado decrete como necesaria para conseguir la revolución. Como todos los socialistas, los anarquistas obreristas preferirían enfocar sus energías en reclutar trabajadores para su causa y hacer crecer sus sindicatos en las esperanzas de que puedan (o más realísticamente sus descendientes lejanos) acumular números lo suficientemente grandes para lograr su muy codiciada revolución socialista.
Los anarquistas posobreristas no quieren formar parte de ningún programa designado por otros para limitarlos, controlarlos o restringirlos de sus deseos individuales para poder obligarlos a perseguir una agenda colectiva ideológica transmitida por filósofos europeos ya muertos quienes vivieron en tiempos y lugares diferentes y tenían ideales, costumbres y objetivos diferentes a cualquiera viviendo en el mundo de hoy.
Los egoístas rechazan la idea de que el individuo debería de sacrificarse para el beneficio del “bien mayor” y en su lugar postulan que la cooperación, la formación de vínculos sociales, el altruismo y el apoyo mutuo son inherentemente deseables porque estas cosas benefician al individuo tanto como benefician al colectivo. Por esta razón, Stirner abogaba por una “unión de egoístas”: Múltiples egoístas asociándose voluntariamente el uno con el otro para cumplir un propósito, meta, o incluso para simplemente disfrutar de la compañía entre cada uno; libres de cualquier coerción u obligación. Esencialmente es la forma más temprana del concepto anarquista de la libertad de asociación.
A pesar de malentendidos comunes, los egoístas no tienen nada en contra de depender en o trabajar con otros para conseguir una meta mutuamente compartida. El egoísmo plantea que la amabilidad y la caridad nace de la empatía, no de la moralidad. La gente da y se ayudan los unos a los otros porque simplemente se siente bien para la mayoría hacerlo, en este sentido, lo que llamamos “altruismo” es simplemente un efecto secundario del egoísmo.
El egoísmo acoge cualquier acto que es hecho por el deseo del individuo a cometer el acto. Si el acto nace de la obligación, no es una acción egoísta. El egoísmo apoya al individuo haciendo exactamente lo que el individuo le complace – sin hacer caso de Dios, el Estado, la moralidad o la sociedad.
Para Stirner, los “derechos” eran meros espectros de la mente, coerciéndonos a actuar de una cierta manera para poder beneficiar a externalidades como el Estado. Él sostuvo que la sociedad no existe mas que “los individuos son su realidad”.