Fuente: A Fondo num. 1/2018/Encarni Castillo
El camino de la soberanía alimentaria es duro, como demuestra la triste noticia que publica en su último boletín La Vía Campesina África. Tres campesinos han muerto a manos de las fuerzas de seguridad de Malí y otros ocho están en la cárcel. Estos hechos ocurrieron en la aldea de Zémésso, en el Cercle de San, una comunidad perteneciente a la UACDDDD/NOVOX (Unión de Asociaciones para el desarrollo y la defensa de los derechos de
los más pobres) y el CMAT (Organización que lucha contra el acaparamiento de tierras).
Desde 2011, existe un terrible conflicto por la tenencia de la tierra en siete aldeas del Cercle de San, en Malí. Activistas de estas organizaciones han utilizado todos los medios a su alcance para evitar un agravamiento del conflicto temiendo algún incidente de este tipo. En 2014, se hicieron diversas recomendaciones al Gobierno de Malí para remediar la situación, sin embargo, las autoridades locales hicieron oídos sordos a las reivindicaciones.
El 11 de diciembre de 2017, un campesino de la aldea de Zémésso murió a manos de la policía en una operación destinada a impedir que los campesinos recolectaran la cosecha de los campos de arroz. Gaoussou Diarra, de 73 años, fue asesinado mientras intentaba calmar la situación; otros muchos fueron heridos. Cinco días más tarde, Yacouba Yerenè murió tras ser golpeado por la policía. Además, se produjeron ocho detenciones. En 2016, el Tribunal Administrativo anuló la adjudicación de tierras al Comisario de Policía — condenado por abuso de poder—, sin embargo, sigue impidiendo que los campesinos cosechen su arroz. «En 2011, murió otro campesino y dos campesinos más han muerto en 2017, ¿cuántas muertes y violaciones de los derechos humanos han de producirse para que los campesinos puedan trabajar sus campos sin miedo?», se pregunta Massa KONE, redactor de la noticia. «Exigimos que se esclarezcan los hechos y que los culpables y sus cómplices
respondan ante la ley. Asimismo, expresamos nuestras condolencias a las familias de los fallecidos y deseamos una pronta recuperación a todos los heridos».
Aunque, a veces, las sombras dificultan ver el camino con claridad, las luces, por el contrario, reafirman el convencimiento de que la soberanía alimentaria es el único camino posible para disminuir el hambre y las desigualdades.
En otra parte del continente, en Sudáfrica, existen muchas organizaciones trabajando a favor de la soberanía alimentaria que se unieron hace algunos años en una plataforma llamada SAFSC (en español, Campaña por la soberanía alimentaria en Sudáfrica).
La SAFSC surge de la unión de diversas organizaciones, movimientos sociales, pequeños agricultores, trabajadores agrícolas y oenegés que trabajan en red para la promoción de la soberanía alimentaria en toda Sudáfrica. Tras tomar conciencia de que el sistema alimentario globalizado es responsable del deterioro social, de la salud y de la crisis climática; la constatación del fracaso estatal ante la falta de regulación del sistema alimentario sudafricano, y la imposibilidad de garantizar una reforma agraria adecuada, ponen en marcha a este
grupo humano que considera la soberanía alimentaria el camino a seguir. Sus miembros piensan que los efectos del cambio climático —las sequías, las lluvias torrenciales y las inundaciones— ya están afectando negativamente al sistema alimentario provocando la volatilidad de precios en los alimentos y que esta situación
requiere avanzar en la soberanía alimentaria para satisfacer las necesidades básicas de alimentos y de agua.
Asimismo, consideran que han de tenerse en cuenta las opiniones de los productores y de los consumidores. La primera campaña de concienciación tuvo lugar a finales de febrero de 2015 y desde entonces siguen trabajando. En la primera Asamblea se desarrolló un programa de acción consensuado y se eligió un comité nacional de coordinación. Los objetivos que se persiguen son los siguientes: abordar las raíces sistémicas del hambre; avanzar con un enfoque de abajo hacia arriba para combatir el hambre y sustentar la vida; ofrecer una plataforma para que todos los sectores trabajen unidos (movimientos sociales, comunidades y organizaciones defensoras de la soberanía alimentaria); y construir una alianza por la soberanía alimentaria liderada por los pequeños agricultores, los campesinos sin tierra y los trabajadores.
La SAFSC trabaja con emoción, entusiasmo y compromiso para desarrollar su programa de acción y construir un futuro digno en Sudáfrica para muchas personas. Como dice su lema: ¡La soberanía alimentaria es un derecho! ¡No al hambre! ¡Sí a la dignidad! Solo podemos acabar con el hambre y alimentar a Sudáfrica a través de la
soberanía alimentaria.
Dos ejemplos de luces y sombras en un camino que muchos recorremos con los pies descalzos.
Three peasants have been killed by the security forces in Mali; eight others are in prison