Burkina F.: Lionelle Edoxi Gnoula, la niña bastarda que se hizo teatro

Fuente: Umoya num. 101 – 4º trimestre  2020                             Mar Pozuelo Castillo (Burkina Faso)
Fotografía: Foto protegida por licencia Copyright©

Ce vent d'identité qui vous ébouriffe — La Libre Afrique

Lionelle Edoxi Gnoula ha vuelto a nacer a los treinta años. Ha parido su propia identidad gracias al teatro. En su obra LEGS suite, interpretada por ella misma, su historia personal y la de su país se van dibujando entre humor, desgarro y lucha. Hoy es una de las figuras más representativas del teatro en Burkina Faso: ha construido su propio centro, ha creado su propia compañía y en escena provoca fascinación y respeto.

Edoxi es actriz, escritora y directora de la compañía de teatro Désir Collectif. Nace en Nabou (Burkina Faso), en 1986, fruto de una relación ilegítima: «Mi padre era un hombre casado, tiene una aventura con mi madre y llego yo. Soy fruto de la infidelidad. Cuando mi madre le anuncia a mi padre que está embarazada, él le pide que aborte, pero ella se negó porque el aborto no es legal en Burkina y suponía un peligro para ella. Cuando nací, mi padre venía de vez en cuando a ver a mi madre y le dejaba algo de dinero para la papilla de la niña, pero luego dejó de venir».


La vida de Edoxi estará profundamente marcada por su condición de hija bastarda, como todos la llaman en su entorno: «Mi madre es una heroína, ha tenido cinco hijos con cinco hombres diferentes y ha conseguido ella sola sacarnos a todos adelante. Le dije que iba a escribir su historia. Ella nunca tuvo voz, la gente la consideraba una puta, estaba mal vista. Mi padre llevaba a sus hijos legítimos a un colegio privado, mientras que mi madre tenía problemas para pagar los 3 euros de mi matrícula en un colegio público. El silencio mata a muchos frente a la irresponsabilidad de los hombres».  Fruto de la profunda herida del abandono, Edoxi decide escribir su historia, pero construida en filigrana con la historia de su país, ya que para ella la irresponsabilidad de su padre y del dictador que gobierna entonces en Burkina Faso forman parte de una misma dinámica de irresponsabilidad: «Hay muchos niños que están en la misma situación que yo. Por mi parte, he podido curarme escribiendo mi historia. En 2014, estaba en Suiza de gira cuando tuvo lugar la insurrección popular en Burkina que provocó la huida de Blaise Compaoré. No paré de escribir durante tres días. Pero tenía miedo de convocar al público para hablar de mí misma. En 2018, tuve la suerte de cruzarme en el camino con Philippe Laurent, director de teatro, que trabaja sobre los mapas de la identidad y creé la obra LEGS, que significa Lionelle Edoxi Gnoula sur Scène, y también hace referencia al ‘legado’ que nos dejan los padres».
En la actualidad, Edoxi ha subido a numerosos escenarios de diferentes países de Europa y África, ha recibido premios como actriz y humorista, es la vicepresidenta de la FENATEB (Federación Nacional de Teatro de Burkina) y ha construido su propio centro cultural: «Resulta difícil ensayar si no tienes espacios adecuados y yo necesito un espacio para experimentar, así que decidí crear mi propio centro, Pan-Tâabo (fusión de energías). Lo hice sin ninguna ayuda, con mi propio esfuerzo. Desde 2017 estoy vinculada a otras dos asociaciones y ahora somos tres: la compañía Désir collectif que dirijo, la compañía de Sidiki Yougbaré, Kala Kala, y Graine de passion dirigida por Ange Sabine Bambara».

Lionelle Edoxi Gnoula : Première burkinabè dans le palmarès du prix Maeterlinck en Belgique - Kulture Kibaré

Edoxi cuenta que llegó al mundo del teatro apenas adolescente: «Mi profesor decía que yo siempre quería disfrazarme y hacer reír a los demás. A los 12 años dejé de ir al colegio porque mi madre no me lo podía pagar y un día me crucé en la calle con mi  profesor y me invitó a participar en su grupo de teatro, Éclat de Sosaf.
Vi que eran como una familia y eso me gustó, así que estuve con ellos hasta los 16 años. Mi profesor, Gaëtan Félix Somé, escribía las obras». Con apenas 17 años, a Edoxi la seleccionan como actriz para formar parte de la compañía más importante del país, dirigida por Jean Pierre Guingané:
«Quería reír y dejar de pensar en mi historia. Fuimos a Filipinas y recorrimos Europa. El teatro empezó realmente a convertirse en mi oficio, me apasionaba.» Con el impulso de ese gran salto, en 2007, crea su propia compañía: «Tenía como objetivo hablar de las mujeres ya que éramos muy pocas las que subíamos a los escenarios». Hoy en día, Edoxi continúa su lucha por legitimar el teatro en su país: «Nuestro gobierno ha vendido a la gente la idea de que el teatro se hace bajo un árbol y que el actor tiene otro oficio aparte, hace teatro como diversión. Para nosotros, es importante seguir luchando para que se reconozca nuestra profesión y para dar a conocer el teatro de verdad. La política cultural de Burkina es muy mediocre y está empeorando, pero tratamos de innovar a pesar de todo, y más ahora que todos los proyectos en Europa están paralizados a causa de la pandemia. Estaban previstas representaciones de mi espectáculo en Europa y todo se ha anulado».
En el momento de la entrevista, Edoxi inicia una gira con su obra LEGS Suite en cinco teatros de Burkina: «Hemos creado COSDI
(Collier des Scènes de Diffusion), la primera red de salas de teatro en el país. Nos dimos cuenta de que los espectáculos viven poco tiempo y esta red permite que una obra se difunda en cada uno de estos centros».
Edoxi interpreta todos los personajes de la obra con una maestría extraordinaria. Y al final del espectáculo se interpreta a sí misma en el momento en el que nace su hijo: «Cuando te liberas de algo, te conviertes en adulto. Hoy veo que hasta los 30 años fui como una niñita, no conseguía entender las cosas. En mi mente, la imagen de mi padre fue la misma desde los 13 años.
Tenía que pasar a otra etapa, liberarme de mi infancia. Y el
año en el que murió mi padre también fue el año en el que di a
luz a mi hijo».

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