Fuente: https://vientosur.info/spip.php?article15984 William Bruno 21/05/2020
La paciente llega a la sala de emergencias respirando tres o cuatro veces más rápido de lo normal, una respuesta fisiológica a la incapacidad de los pulmones para inyectar suficiente oxígeno en el organismo. La sensación es similar a la que experimenta una persona que se está ahogando. Está asustada. Desesperada. Me presento como médico de urgencias e intento asegurarle que se sentirá mejor con el oxígeno extra que la enfermera le está colocando.
A la paciente se le había diagnosticado Covid-19 e intentó recuperarse en su casa antes de que sus síntomas empeoraran, lo que la llevó a regresar al hospital. Me responde a una pregunta y sin aire, me dice: «¿Hay algún medicamento para esto?»
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