El «futuro» no es ilusión, ni promesa, ni trinchera

Fuente: https://elsudamericano.wordpress.com/2021/07/15/el-futuro-no-es-ilusion-ni-promesa-ni-trinchera/                                 

EL “FUTURO” NO ES ILUSIÓN, NI PROMESA, NI TRINCHERA

El día de hoy 14 de julio de 2021, comentaremos la nota de opinión titulada “Algunas reflexiones desde esta trinchera” del analista venezolano Sergio Rodríguez Gelfestein siguiendo su razonamiento y respondiendo en cuanto sea posible, sus afirmaciones e interrogantes.

El “futuro” [ese] llegó y se fue

 A la hora de la libertad no canta nadie”

Jorge Lazaroff, Expreso

Luego de comentar una reciente experiencia televisiva, el compañero Gelfestein sugiere una primera aproximación a los titulares de las noticias de actualidad y dice esto: “especialmente en Haití y Cuba cuya alineación en el tiempo y el espacio, no podían ser casualidad.”

Todo lo cual acompañado de algunas preguntas algo retóricas y otras relaciones sobre los destinos turísticos de los agentes de la CIA en Latinoamérica, le sirve para emplazar a “sectores de izquierda” a tomar partido al estilo: conmigo o sinmigo, o quizás: Me gusta/No me gusta. Asunto que en alguna medida, más que esclarecer, demerita la nota “desde la trinchera”

“El hecho de que haya sectores de izquierda que se creen con la potestad de determinar que hay países con gobiernos progresistas buenos mientras que otros no lo sonno cambia que Estados Unidos los quiera agredir y destruir por igualhaciendo desaparecer sus Estados e instituciones para someter a los pueblos a la miseria, la pobreza, la guerra y la muerte. Los ejemplos de Libia, Siria, Irak y Haití entre otros están muy frescos aún. En todos ellos hubo críticas de esos sectores de izquierda a los gobiernos que había previamente a las intervenciones “salvadoras” de Estados Unidos y la OTAN.”

Por eso nosotr@s citamos nombre y apellido de nuestros interlocutores… no se trata de Gelfestein en especial.

Podemos decir lo siguiente: 1) en política es necesario (amigo/enemigo) caracterizar los actores en el escenario; sino resulta que muy pronto la “realidad” se convierte en la suma de lo posible; y la “verdad” es entonces la consumación del orden del poder y de la “idea”. La Idea del líder, la Idea Absoluta, la Idea de Dios… Tarde o temprano la escolástica medieval reemplaza a la crítica dialéctica (ósea, como usted sabe o debiera saber, la dinámica de los contrarios y sus leyes) Es decir, bienvenidos al medioevo. Gloria al militarismo. Un nuevo y aristocrático status quo.

La pax burguesa. La guerra civil larvada y permanente. En fin, este algo; es de esos algos muy gordos y viejos

De esos algos muy a la medida del jesuitismo, [que le rinde culto], sin nombrarlo.

Gelsfestein avanza, y recuerda que el aparato de inteligencia imperialista corporativo transnacional es una maquinaria aceitada.

Nosotr@s decimos que es una doble dinámica: como un toro herido, que embiste contra las economías y las inversiones “neokeynesianas” y los proyectos neodesarrollistas, a base de amenazas y al mismo tiempo busca ganar tiempo y recobrar fuerzas también con financiamiento y endeudamiento estatal inducido, presentado como “desarrollo” nacional, “patriótico”,“elegante”, “serio”, etc., etc…

La forma estatal, no puede ser tan solo destruida [sino que] solo puede ser “superada”. Estado es una forma histórica de producción y reproducción de la sociedad planetaria, del tal modo el capital parasita la vida comunitaria, que la política enajenada reproduce determinaciones [propaganda, status, gradaciones, representaciones] y no sujetividad.

Los Estados han sido puestos al servicio de la producción deslocalizada y de la renta criminal. ¿O no? Pero existen, claro que existen, aun cuando alguno desaparezca o sus fronteras oficiales sean redefinidas. El plan “neoliberal no es eliminarlos, sino refuncionalizarlos, y su dinámica fundamental es el militarismo y el neocolonialismo extractivista.

El comunismo no es un pacifismo. No debe enarbolárselo como tal. La historia ha demostrado la inutilidad de sembrar fantasías en nuestras propias filas.

Nosotr@s también sabemos esos cuentos, así que siempre que empecemos, empezamos por el principio, o mejor dicho, por los principios.

Sergio dice:

“¿Alguien puede ser tan inocente como para pensar que es casualidad que después de la visita del director de la CIA a Colombia, mercenarios paramilitares de ese país…”

Entonces, en lo que a nosotr@s nos toca, no es que no nos “sintamos” especialmente inclinados a vender estampitas de curas pedófilos, o a salir en la foto de campaña electoral junto a charlatanes traficantes de argumentos, cómplices de los torturadores de nuestr@s padres y madres. En realidad compañero Gelfestein, ya no se trata de sentirse o sentarse, a vender ilusiones y frases hechas con sloganes que en las manos y en la boca de mercenarios, son insultos y afrentas a nuestro pasado personal y familiar.

A propósito, Ernesto Guevara era argentino, pero el Ché, no creó un partido político en Argentina, tampoco en Bolivia. Él había participado de la fundación el partido Comunista Cubano, sin embargo nunca se afilió a ninguno de los partidos políticos sudamericanos.

El problema de la indeterminación, es obvio, nos impide OBJETIVAMENTE especular acerca de las opiniones del comandante Guevara en cuanto a la situación política actual, de cualquier modo nos permitimos impugnar las generalizaciones acerca de que “aquel futuro” analógico de la guerra fría, haga referencia a los jóvenes veinteañeros de Argentina o Chile. En realidad, ese futuro era pura ideología. El hombre nuevo era stajanovismo. No es que fuese bueno o malo, no era nuestro. No era, y no fue así.

Opinión no es Saber, y Saber no es Experiencia (usted también amigo Sergio), sabe por experiencia, usted sabe, que hay cosas que no sabe. Pero usted no sabe lo que no sabe. Y nosotr@s sabemos más, [quizás un poco más, o apenas lo necesario] de Historia y Política Argentina, que usted. No es un asunto personal, pero no estamos de acuerdo.

Es mejor decirlo así.

Frente a la quiebra absoluta de los programas de austeridad en Colombia, Ecuador y Brasil y la ineptitud resbalosa y oportunista de la política exterior argentina y mexicana, nosotr@s decimos CUIDADO con el Cuco. Demasiado ruido y fantasías bonapartistas. Puede usted incluso volver a inventarse digamos, imaginarlo heroico e incorruptible, un comunismo a medida, de cuartel.

Marx y Engels explicaron aquello suficientemente…

Nuestro marxismo, nuestro comunismo y nuestro bolivarianismo no es para defender las formas autoritarias propias del régimen de estado burgués. Es para destruir todos los templos del orden establecido. Por eso es libertario y por tanto, no es, ni puede ser pensado como uniformidad.

Suponer que es posible “neutralizar” la disidencia, en el capitalismo, en un régimen que produce minuto a minuto, ejércitos de reserva y los condena al lúmpen y la sobrevida, es amigo Sergio, piénselo bien, absurdo.

Suponer la uniformidad en la subjetividad antisistémica, asumir el “dejar pasar”, “el dejar seguir”, “hacer como qué”, es lo que le abre la puerta al autoritarismo socialchovinista que no duda en pactar y traicionar sus pactos con las organizaciones obreras y populares de base, una y otra y otra vez, hasta que el ejercicio abierto de la represión y el colaboracionismo se abren paso, allí donde los dirigentes reformistas capitulan y abandonan la lucha.

Y decimos neo y populista, (quizás en Venezuela esto suena diferente) porque sabemos perfectamente qué y cómo, los pueblos se equivocan, que “los pueblos” votan fascistas, (como Keiko Fujimori) que “los pueblos” son condenados a la guerra, a la superexplotación y el terror burgués.

Así compañero Gelfestein, nosotr@s, que no somos “la Izquierda”, sino los Hijos de los guerrilleros, y como tales somos comunistas y como revolucionarios, somos marxistas, decimos que usted equivoca el objetivo y el punto de mira, equivoca el lenguaje y el tiempo verbal compañero… En septiembre de 1973 el pueblo argentino fue inducido y acorralado, condenado a votar por el proyecto neofascista de Juan Domingo Perón. Y nosotr@s nunca lo olvidaremos.

Entonces si no se observa la potencia y la capacidad política de las distintas burguesías latinomericanas, sus vínculos y sus diferencias, se puede olvidar que “la trinchera”, sea cual fuere, no es de ningún modo el mirador más apropiado para observar el curso de la batalla, menos aún un buen laboratorio ‘genético’/histórico. Y sepa que nosotr@s no hacemos diferencia entre la academia burguesa y la gerencia del estado burgués.

La pulsión de vida, debe ser puesta al servicio de la liberación de los trabajadores y las clase explotadas y oprimidas, de otro modo, al servicio del status quo, al servicio de los prvilegios del poder, solo se apuntala la enajenación. El comandante Ché, decía (con la más grande capacidad de síntesis conocida en un comunista hasta el día de hoy) que cuando una revolución no avanza, ni siquiera un milimetro, entonces retrocede.

Argentina nunca ha tenido un gobierno “de izquierda”, tampoco un gobierno verdaderamente “popular” y no “populista” es decir al uso de la definición de Hugo Chavez: “gatopardista”, sea cual fuere la connotación que intente dársele a ese término. Menos aún una “Revolución”. Más sin embargo todos los gobiernos burgueses “reconstruyen” lo que el anterior “destruye”… [guerra civil larvada y contrarrevoluciones preventivas].

Entonces, ¿por qué supone usted, amig@, que “lo más conveniente” (es decir lo necesario, como condenar los descuartizamientos de jovenes estudiantes en Colombia, solo por ejemplo… disculpe usted….) para la diplomacia del partido de gobierno en Venezuela, Cuba o Nicaragua, debería ser “lo suficiente” para los activistas políticos de “LAS IZQUIERDAS” del resto de los países de latinoamerica?

 

¿Burgués? ¿Y eso qué quiere decir?

Entonces [amigo Sergio], estimado lector/lectora, también nosotr@s también sabemos “algo” de estos barros y estos ruidos; también nosotr@s somos animales de trinchera, nacimos  y crecimos en la clandestinidad y el exilio.

Sabemos qué: había una vez en aquella latinoamerica del siglo XX, un pujante y desbordante reformismo armado que fue aplastado por la tortura, traicionado por las pequeñas burguesías católica radicalizadas y snobs, descalificado y completamente derrotado ideológicamente producto de su incapacidad para construir autonomía e independencia de clase, y teoría revolucionaria.

Incapacitada en la mayoría de nuestros países, de preservar a sus cuadros y sobreponerse a las tentaciones del poder burocrático, las prevendas, el star system  y la politiquería burguesa.

“Creo que –a pesar de las victorias que se avecinan- no habrá cambios estructurales en el corto plazo, porque no cambiará la esencia agresiva del imperialismo lo cual es consustancial con su ADN intervencionista.”

Entonces compadre, estimado camarada, queridos enemigos irreconciliables de la civilización burguesa, clandestinos y guerrilleros de todos los tiempo, resulta que nosotr@s decimos, O sea permítanos decir que no. Que no nos importan los gurúes. El Futuro, ahora, es otra cosa.

“Además, pareciera que estas acciones van configurando un nuevo modelo de actuación imperial dentro de las tradiciones intervencionistas y agresivas que son tan antiguas como la propia existencia de Estados Unidos como nación.”

No estamos improvisando, disculpe usted. Nosotr@s sabemos como dijo Fidel y como escribió el Ché, que los pueblos no declaran las guerras, solo las sufren, pero siempre depende de sus dirigentes salvar las circunstancias históricas preservando todo lo que debe ser salvado.

Nosotr@s consideramos que el neopopulismo latinoamericano como reformismo “neo” tecnocrático “neo” keynesiano “liberal” es primo hermano del neoliberalismo oligarquico-militar y ambos son proyectos criminales, fracasados historicamente, que conducen a la derrota, que predican el colaboracionismo de clases y la desmovilización.

Nuestra batalla es contra el modelo de desarrollo transhumanista, que en aparente consenso “paraestatal” destruye la vida y conduce la técnica en trayectoria de un futuro posthumano, que externaliza las contradicciones mediante un re-ligamiento virtual/mediado con los asuntos de la vida pública, relanzando las fantasías burguesas de conquista de la inmortalidad y de expansión capitalista interplanetaria ilimitada.

Ese “futuro” claro, es también un futuro de trincheras, reales y virtuales, la suma de todas las guerras de la historia de la humanidad. Pero el futuro no es la trinchera. La trinchera es la vida, latiente y desobeinde, inpredecible. Ese futuro es hoy pura apariencia y simulación, y sin embargo, no puede, es incapaz, no es imaginación, ni es sujetividad, y no tiene nada de romantico excepto a los romanticos.

“Cambiarlo todo es cambiar la vida”

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La Oficina Internacional

HIJOS – Red Mundial

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